miércoles, 20 de febrero de 2008

Martes 19 de febrero de 2008

Y en un día como hoy en que mi máxima preocupación estaba relacionada con la búsqueda de empleo me encuentro en todas las portadas y en las cabeceras de todos los telediarios una noticia que sin duda marcará uno de esos días históricos. Fidel Castro, líder de la revolución cubana durante casi 50 años anuncia que no aspirará al cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe.

En un comunicado escrito al periódico Granma el aún mandatario cubano se dirige al pueblo de Cuba diciendo textualmente “no aspiraré ni aceptaré –repito- no aspiraré ni aceptaré el cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe”[1]. Obviamente no es esto lo que han noticiado Europa Press, el grupo Prisa y el resto de las plataformas mediáticas. Ellos hablaban de “renuncia al cargo” o cosas similares. Pero hay que dejarlo claro. Fidel no renuncia al cargo porque para renunciar a un cargo tienes que estar en posesión de él. Esta idea de renuncia la basan en esa imagen falsa que llevan tanto tiempo vendiéndonos del régimen cubano. Me explicare mejor.

La imagen que el 90% de los medios occidentales, o debería decir mejor Imperiales, han trasmitido de Cuba es la de una isla cuyos designios quedaron en manos de un loco comunista tras el triunfo de una revolución anacrónica. Lo que esta imagen trasmitía era la de Fidel Castro como un dictador que atentaba contra toda idea de democracia. Hay que reconocer que Cuba no es perfecta y que tiene muchos aspectos mejorables, pero de ahí a creer en esa imagen que nos trasmitían hay un paso enorme. La cuestión es que desde la llegada al poder de Fidel en Cuba se han celebrado elecciones, la diferencia es que en esas elecciones no existen partidos carroñeros, si no que son las asambleas vecinales las que proponen directamente a personas que puedan ser elegidas después para el Parlamento Cubano, lugar donde luego se elegirá al Presidente del Consejo, que durante casi 50 años a elegido a Fidel Castro. Así funcionan las elecciones en Cuba aunque a algunos les cueste creerlo. Lo que generalmente se argumentaba contra esto era la existencia de un partido único que se presentara a las elecciones. En efecto, en Cuba existe un único partido legal, pero ese partido no se presenta a las elecciones bajo ninguna lista electoral, como se hace por ejemplo en España, porque como ya he dicho, son las Asambleas las que proponen a los representantes los cuales en muchos casos no están relacionados con el partido. Eso es lo que por ejemplo ha sucedido en las elecciones de este año que se celebraron el pasado 20 de enero. Muchos de los elegidos para formar parte del Parlamento no están vinculados al partido, entre otras cosas porque ese único partido se mantiene en el sistema Cubano –que no necesita de partidos- solo como homenaje a Jose Martí. La cuestión es que después de celebrarse las elecciones y configurarse el Parlamento a éste le tocaba elegir el próximo domingo quien sería Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe. Dicho de otra forma, el domingo acababa legalmente el mandato de Fidel a la espera de que el Parlamento le “renovara”. Por eso Fidel no renuncia a un puesto, si no como que se elimina de la lista de candidatos a ese puesto, que es muy diferente. Si Fidel hubiese querido “renunciar” o “abdicar” como muchos medios insinúan que hace ahora no habría esperado hasta las elecciones, si no que lo habría hecho hace 19 meses, cuando la enfermedad le hizo delegar las funciones en el vicepresidente. Ya en aquel entonces los periódicos recogieron que Fidel dejaba el mando en manos de su hermano, dando la sensación de que el mandato pasaba por derecho hereditario, cuando lo que sucedió, fue que por convalecencia del Presidente asumió el cargo el Vice-Presidente, algo normal en casi todos los sistemas políticos. Pues Bien, Fidel no renunció entonces a su cargo para evitar justo ese ataque, y se mantuvo, muy en perjuicio de su salud, frente del Gobierno. Ahora llega una nueva elección y Fidel ve la oportunidad de descansar, y de seguir luchando por la revolución desde otros frentes que no requieran la salud de la que ya no goza, por eso no rechazo ser propuesto como miembro del Parlamento, pero si como Presidente. Solo falta por ver quien será el elegido para continuar esa resistencia que Cuba mantiene contra el Imperio. Seguro que habrá cambios, pero francamente espero que no en lo esencial. Hasta la Victoria Siempre.
[1] El texto integro del comunicado podemos encontrarlo en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=63454

lunes, 18 de febrero de 2008

Viernes 15 de febrero de 2008

Durante todo el día de hoy no he podido dejar de pensar en una cosa: La entrevista que hicieron ayer al campechano líder de la oposición y candidato a Presidente del Gobierno Mariano Rajoy. Además no soy el único que se vio sorprendido por lo que el señor Rajoy dijo en ella, ya que las frases con más jugo han sido analizadas en algunos periódicos.

De entre ellos me quedo con El Mundo en su versión digital, porque recoge unas declaraciones francamente espectaculares. Ya en el titular resaltan una de las frases de Rajoy que tiene un significado especial: “He defendido los postulados del socialismo clásico”[1]. A ver por donde empiezo. Lo primero que se me ocurre plantearme ante esto es qué entiende Rajoy por socialismo clásico. Según Marx, que de esto de socialismo sabía un poco, existen dos clases de socialismo, por un lado lo que el llamo socialismo utópico defendido por hombres como Saint-Simon o Robert Owen, y por otro lado, el propio socialismo marxista al que el mismo llamo socialismo científico.

¿A cuál de ellos se referiría Rajoy? Grosso modo, Saint- Simon defendía que todos los hombres deben trabajar según sus capacidades y cobrar según sus actitudes, algo de esto, tal vez si que sea política interna del PP, pero aún hay más, porque si Rajoy defendiera los postulados de Saint-Simon estaría en contra del derecho de herencia – lo que en este caso le haría defender una República, y abogaría por un gobierno de industriales, banqueros y técnicos. Creo, sin duda, que este último postulado es el que defiende Rajoy.

Pero sigamos, porque si Rajoy defendiera a Owen tendría que seguir su ejemplo sobre todo a nivel práctico y tendría, como él, que construir viviendas para sus obreros, escuelas para sus hijos, comedores y defender un tipo de economía cogestionada por lo público y lo privado, siempre con más beneficio para lo público. De Owen igual algo toma o malinterpreta.

Pero sucede que si Marx llama utópico a este socialismo no es por casualidad. Para el, este socialismo sólo se limita a señalar los antagonismos de clase pero no señala las condiciones materiales para la emancipación del proletariado. Y por ello introduce su socialismo científico, para poder dar cuenta de esto. Y entonces habla de plusvalía, de valor de uso y valor de cambio, de alienación, de lucha de clases, de dictadura del proletariado y, finalmente, de abolición de la sociedad de clase y del reparto de los medios de producción entre aquellos que poseen la fuerza de producción. Obviamente a este socialismo Rajoy ni acercarse.

Y no fue la única perla que nos dejo el señor Rajoy, porque entre otras cosas dijo también que no hay tanta diferencia entre los intereses del PSOE y los del PP. Otra enorme verdad. De hecho yo incluso mantendría que no hay ninguna diferencia, salvo de nombre y de careta. Porque ambos partidos buscan lo mismo, llegar a la Presidencia del Gobierno para poder moverse en ese círculo de intereses creados, y perpetuar y legitimar un sistema que privilegia todo tipo de intereses económicos frente a una autentica Democracia y Estado de Derecho.
[1] http://www.elmundo.es/elmundo/2008/02/15/eleccionesgenerales/1203065648.html

jueves, 14 de febrero de 2008

Miércoles 13 de febrero de 2008

Días como hoy son el claro ejemplo de que la realidad está plagada de paradojas. Y vuelve a no ser descubrimiento mío. Creo recordar que fue Nietzsche quien afirmó, hace ya más de un siglo, que “la verdad cabalga siempre sobre la paradoja”. Nietzsche no lo decía en el mismo sentido que yo, pero sin duda abrió un camino por el que llegaríamos a la importancia de la interpretación de la realidad.

En ese sentido dos nuevas paradojas recogidas hoy en los titulares de los periódicos me hacen hoy plantearme cómo entender la realidad en que vivo.

La primera paradoja la extraigo del periódico El Mundo en su edición digital, donde se recoge “Bermejo se muda a un piso oficial y gasta en su reforma 250.000 euros”[1]. Sin saber nada más podría pensarse que exagero, que no hay en el titular ninguna paradoja. Pero quienes conocen esos datos seguro que descubren la paradoja con una simple lectura. Resulta que Bermejo es el ministro de justicia del actual Gobierno de España. Resulta que un español medio se las ve y se la promete para hacer frente al gasto que supone la compra de una vivienda. Resulta que por 250.000 euros casi puede adquirirse una vivienda en determinadas zonas de Madrid. Resulta que un alto porcentaje de casas viejas de Madrid necesitan ser rehabilitadas porque son un auténtico peligro para sus inquilinos y no puede hacerse por falta de dinero. Y resulta, además, que a los actuales ministros solo les queda un mes en sus correspondientes cargos. Con todo esto puede verse mejor la paradoja. ¿Le parece justo al ministro de Justicia realizar esa ostentosa muestra de gasto público en una reforma de una vivienda, cuando gran parte de los españoles tienen problemas con este tema? Reconozco que mi problema muchas veces es pecar de ingenuidad socrática y pensar que, por ejemplo, para ser Ministro de Justicia hay que saber lo que es la Justicia del mismo modo como para ser Ministro de Economía se ha de conocer como funciona la economía. Pero parece que no es absolutamente necesario que así sea, al menos en el caso del señor Bermejo, a no ser que su idea de Justicia ande por esos derroteros.

La segunda paradoja está más relacionada con los medios de comunicación. La recoge el siguiente titular de El País: “Cuba desmiente la detención del joven que debatió con Alarcón”[2]. Veamos dónde se encuentra aquí la paradoja. La noticia hace referencia a una supuesta detención de un joven universitario cubano tras un debate que tubo lugar en una universidad cubana entre el presidente del Parlamento cubano y algunos estudiantes. En este debate, al presidente se le hicieron algunas increpaciones sobre el estado de Cuba y de su realidad. Todo el debate esta disponible en la página del periódico Gramma. En este debate, además de esas críticas, los estudiantes se declaraban partidarios de la revolución y atacaban a la campaña mediática de muchos países contra Cuba, declarando que se sentían manipulados por la prensa extranjera. Y de nuevo aquí la paradoja. Porque el propio debate fue victima de la manipulación por parte de muchos medios que solo sacaron las duras críticas de los estudiantes hacían a Alarcón, y fabricaron la noticia de tal modo que pareció que el estudiante más incisivo fue después detenido. Nada más lejos de la realidad como puede verse en el debate integro. Lo que me extraña es que El País publique esta noticia, aunque sea con ese aire de “ellos dicen”. Porque no es la primera vez que este periódico ataca a Cuba, por supuesto con mentiras. Pero esta vez, el rápido contraataque cubano ha puesto en jaque a los medios manipuladores al hacer público todo lo acontecido aquel día, de forma que esta vez, la paradoja se resuelva sobre la verdad.
[1] http://www.elmundo.es/elmundo/2008/02/13/espana/1202865985.html
[2] http://www,elpais.es 13/02/08

martes, 12 de febrero de 2008

Lunes 11 Febrero

Me encanta la campaña electoral porque siempre deja jugosos titulares que permiten darse cuenta de cual es la idea que los políticos tienen de la política. Hoy leo en el mundo digital “Rajoy propone que se rebaje la edad penal para delitos cometidos por menores”[1] . Esto significa, leyendo entre líneas que, para Rajoy, el problema de la delincuencia juvenil se solucionaría endureciendo las penas. No quiero perder mucho tiempo en rebatir esta posición, solo recalcar, que emplear ese argumento y acabar justificando la pena de muerte solo se llevan un par de pasos. Y todos sabemos que la pena de muerte en EEUU no hace que disminuya la delincuencia, en realidad provoca todo lo contrario, porque aumenta el número de muertes por violencia en tantas unidades como personas mueren en la silla eléctrica. Algunos tenemos claro que más represión no es igual a menos delincuencia.

Además sucede que las características de los jóvenes que delinquen no tienen mucho que ver con las de aquellos que lo hacían en tiempos en la necesidad o la marginación social empujaba a cometer atracos a punta de navaja o pistola. Ahora muchos de los que delinquen son jóvenes de familias “normales” y sus crímenes suelen ser asesinatos, palizas o, efectivamente, atracos, pero se caracterizan por una violencia extrema y salvaje. Y resulta que este tipo de jóvenes, en la mayoría de los casos, han recibido una cierta educación.[2] Quizá la salida no sea una nueva reforma penal que encierre antes a los que delinquen, ya que además las cárceles no cumplen su función de reinserción social en un alto porcentaje, si no que más bien genera una nueva actitud y un nuevo estatus social que no favorece nada dicha reinserción. Por eso siempre he creído que la clave está en la política educativa que un estado propone y en la educación que los niñ@s reciben desde los primeros meses de vida, en la cual tiene un papel primordial el entorno como elemento regulativo que fija la posible escala de valores que más adelante el joven acabará teniendo o no teniendo.

Pero el señor Rajoy ha dejado claro sus intenciones a este respecto. Seguir apostando por el miedo y la represión. Tampoco debe extrañarnos tanto, ya que es la estrategia de moda. La demonización del otro permite actuar e manera preventiva. Lo demostró Bush en su cruzada contra el terrorismo, y lo hace Rajoy con su protesta de reforma de la Ley del menor. Efectivamente, ambos remiten al mismo esquema. Se trata de generar un temor en la sociedad, de despertar sus miedos, para poder así justificar de manera maquiavélica toda actuación. Para Bush fue el terrorismo, para Rajoy es la inseguridad ciudadana y el resultado es el mismo, una falsa medida preventiva que en ambos casos toma forma de castigo.

En el primer caso, pagó todo un país el precio de esta medida preventiva sufriendo una grotesca invasión que todavía dura hoy y que se ha cobrado ya más de un millón de muertos. Por eso podemos decir que la medida no fue válida. En el segundo caso la medida no puede resultar satisfactoria porque no ataca la raíz del problema. Solo pretende imponer penas más duras, y apelar, otra vez, al miedo que los posibles delincuentes puedan tener frente a éstas. Pero esta medida no actúa directamente sobre el entramado social que desemboca en delincuencia. No es realmente preventiva porque no se puede pedir que prevenga, sino más bien que amenaza. Y la amenaza, en tanto que enfrentamiento de fuerzas siempre produce conflicto más bien que los soluciona.
[1] http://www.elmundo.es/elmundo/2008/02/11/espana/1202732539.html
[2] Cfr Viernes 1 de febrero de 2008

lunes, 11 de febrero de 2008

Viernes 8 de febrero de 2008

Hoy mientras dedicaba algo de tiempo al estudio y la lectura me he parado a pensar cuanto tiempo hace que la Iglesia Católica participa en los asuntos de Gobierno. Y me he dado cuenta de que me tengo que remontar casi hasta los propios orígenes de dicha institución y recorrer un largo trecho de historia que pasa por hermanamientos entre poder civil y eclesiástico, enfrentamientos entre gibelinos y güelfos por dicho poder, y guerras propias de la religión para mantener su hegemonía económica, y guerras en las que en principio la religión no importaba pero la Iglesia siempre acababa metiendo la cabeza.

Con la creación de los Estados modernos parecía que la religión iba a ser, por fin. Relegada al orden de lo privado, y de esta manera dejar de tener una influencia en el devenir de la política, pero no resulto así. Muchos años más tarde, mientras se critican los regímenes “fundamentalistas” islámicos no nos damos de hasta que punto la Iglesia Católica interviene tanto en política como la religión del Corán lo hace en sus países propios.

En los últimos días esto está quedando más patente, sobre todo viendo las manifestaciones que se promueven desde la iglesia, o incluso esa “petición de voto” por parte de los obispos que tanto ha molestado a Zapatero. Pero esta intromisión no es nueva. En España estamos acostumbrados a que la Iglesia Católica se pronuncie sobre cientos de asuntos políticos. Y no solo por parte del Episcopado español, si no por parte de los sucesivos Papas, que actúan como profetas todavía hoy. Esa sea, tal vez, la mayor diferencia entre el catolicismo y el Corán, que los católicos todavía tienen profeta, para dar interpretaciones en función de lo que más interese.

Si realmente la política pertenece a la esfera de lo público, y la religión a la esfera de lo privado, no se entiendo por qué la Iglesia Católica sigue manteniendo ese poder político. España parecía reconocerlo así cuando en su Constitución se declaraba como “Estado laico aconfesional”. Pero la realidad es totalmente distinta. Un verdadero Estado laico y aconfesional sería aquel en el que en ningún momento ninguna religión sería beneficiaria del Estado, dejando de este modo que todo asunto relacionado con la fe estuviera exclusivamente ligado con el ámbito privado de la persona y consiguiendo así una autentica libertad de culto en la que la elección del tipo de religión a seguir sea solo una cuestión personal o, en cualquier caso, fruto de la educación familiar, pero de ningún modo favorecida por el Estado. Y en España esto no es así.

El Estado español ha favorecido descaradamente a la Iglesia Católica y parece que seguirá siendo así por mucho que Zapatero anuncie cambios en su trato con la Iglesia[1].
De momento hay que señalar que el Gobierno de este apologeta del laicismo es el que mas financiación económica ha dado a esta institución. Más, incluso, que el Gobierno de Jose Maria Aznar. Mientras que éste, en el año 2000, financió la Iglesia con 128,1 millones de Euros, Zapatero dio, en el 2006, 144,24 millones de Euros y una reciente revisión a la alza del porcentaje del IRPF entregado por el Gobierno. Si a todo esto le sumamos que, “según el Ministerio de Hacienda la conferencia Episcopal y la Iglesia perciben 150 millones de euros de la dotación de IRPF; 3.200 millones de euros en subvenciones a colegios concertados; 517 millones para sueldos de profesor de religión; 90 millones a organizaciones sociales; 60 millones a hospitales e instituciones de beneficencia; 30 millones a capellanías castrenses en cárceles y cuarteles; 200 millones para el patrimonio inmobiliario y artístico; 60 millones para otras actuaciones en el ámbito urbano. A esto hay que añadir unos 750 millones de euros de ahorro por desembolsos fiscales no realizados. Tenemos que la Iglesia Católica percibe anualmente una suma que ronda los 5000 millones de euros.”[2]

Parece claro, entonces, que, en primer lugar, la Iglesia debiendo pertenecer al ámbito de lo privado sigue siendo costeada con fondos destinados a gasto público; que, esto mismo, hace que la Iglesia Católica salga beneficiada frente a otro tipo de religiones, llevando a contradicción eso de que estamos en un estado laico y aconfesional; que, esa misma Iglesia, sigue usando su influencia para interferir en la vida política según sus propios intereses; y que todo enfrentamiento entre el actual gobierno y dicha institución no es más que un paripé y un circo mediático para que cada uno de los implicados se refuerce de cara a sus seguidores.
[1] http://www.elimparcial.es/contenido/2813.html
[2] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=62946
Jueves 7 de febrero de 2008.

Hoy voy a empezar sin tapujos. Y lo voy a hacer de la mano de unas declaraciones del responsable de economía y empleo del PP Arias Cañete, en las que declaraba que “La mano de obra inmigrante no es cualificada. Ya no hay camareros como los de antes.”[1]
En primer lugar, me pregunto si cuando se dice “la mano de obra inmigrante”, el señor Arias Cañete se refiere a la mano de obra inmigrante en general, es decir, a la de todos aquellos que por necesidad salen de su país, dejando en él a su familia y su historia, entre los cuales estuvieron, no hace mucho cientos de españoles, o se refiere a la mano de obra inmigrante que se está dando ahora concretamente en España. Todo hace pensar que, obviamente, no se refiere a la primera, si no más bien a la segunda.

Todavía me aborda otra duda. Cuando Arias Cañete se refiere a esa mano de obra inmigrante que se esta dando aquí y ahora en España, ¿se refiere a todos los inmigrantes que desempeñan un puesto de trabajo en España? Me da en la nariz que la respuesta es no. Y no por aquello de que no se puede generalizar, si no porque Arias Cañete se refiere a una inmigración muy concreta que ocupa unos puestos muy específicos.

Arias Cañete no se refería en su afirmación a, por ejemplo, la enorme cantidad de futbolistas extranjeros que militan en equipos de fútbol españoles. No, y eso que estos señores también serían “mano de obra inmigrante”, pero una mano de obra extremadamente cualificada a tenor de los sueldos que reciben y el prestigio que poseen, prestigio que se eleva hasta tal punto que a cualquiera de los que asegura que la inmigración es un problema no le importaría que esta otra clase de inmigrantes siguiera llegando. Pero no, Arias Cañete se refiere a otro tipo de inmigrante, y por supuesto a otro tipo de empleo. No es baladí que el ejemplo que Arias Cañete tome sea el de camarero. El empleo de camarero representa, junto al de personal domestico, el paradigma de la servidumbre. El paradigma de aquellos puestos donde se genera mayor plusvalía. La plusvalía según Marx era aquello que surgía de la diferencia entre el valor de cambio que el propietario de los medios de producción daba al obrero por su fuerza de trabajo, y el valor de cambio que tenía realmente el producto realizado con dicha fuerza de trabajo. Pues bien, esta plusvalía era cuantificable en la medida en que se creaba un objeto, se obtenía un producto, pero en los trabajos del tipo como el de camarero, no se genera un producto, o más bien, el producto es un servicio en el más estricto sentido de la palabra. Se trata de un puesto en el que la voluntad se somete a la orden del cliente. La fuerza de trabajo no produce un objeto material y cuantificable y en este sentido, se hace imposible calcular la plusvalía, no porque no exista, si no porque no tiene referente. Por todo ello, este tipo de puesto tiene una connotación social y un significado específico. La de aquel trabajo en el cual al no haber propiamente producto, la fuerza de trabajo empleada es menos valorada, de modo que cualquiera puede hacerlo. Y según Arias Cañete, los inmigrantes no lo saben hacer, es decir, los inmigrantes no son “cualquiera” no entran dentro de la misma categoría que todos aquellos a los que consideramos cualquiera. Son otra cosa. “Ya no hay camareros como los de antes”, no es una apelación a la profesionalidad de los camareros, si no a que “cualquiera” pueda ser un camarero. Obviamente, Arias Cañete maneja ese concepto por el que “cualquiera” nunca podrá ser un inmigrante. Seguramente porque el piense, más por la línea de Democracia Nacional, que esa “escoria venida de tierras lejanas”[2] solo es capaz de generar violencia, delincuencia y otras cosas de ese estilo que “cualquiera” no haría.

Por otra parte y viendo como funciona el asunto en España, deberíamos pensar, más bien, que esa ineficacia de la que habla Arias Cañete no es patrimonio de la mano de obra inmigrante, si no de otro tipo de personas que demuestran su inoperancia con declaraciones de esa guisa.
[1] http://www.elpais.com “Arias Cañete cuestiona la eficacia en el trabajo de los inmigrantes. 07/02/08
[2] Cfr Sábado 19 de enero 2008

viernes, 8 de febrero de 2008

Miércoles 6 de febrero de 2008.

Y más de vivienda. Si ayer hablábamos de la compra, hoy toca el alquiler. Resulta que la subida del precio de las viviendas y la dificultad que, sobre todo los jóvenes, teníamos, y todavía tenemos, para independizarnos despertó la idea, de que la solución podría estar, como en otros países de Europa, en el alquiler. Pese a que mucha gente era reacia al alquiler opto por este como la única medida posible para poder tener un “pedacito de intimidad”. Pero el mercado, salvaje y voraz no tardo en aumentar el precio de los alquileres tanto en función de la demanda como en función de las subidas del precio del suelo. De esta forma se paso a pagar por ciertos alquileres casi la misma cuota que por ciertas hipotecas, de forma que no era de extrañar que la gente volviese a ver en la compra la mejor opción.

Los distintos gobiernos seguían pensando que el alquiler podría ser una buena solución así que dedicaron parte del suelo en el que se construía vivienda protegida a vivienda de alquiler con distintas modalidades. Ni que decir tiene, que cada vez que algún ayuntamiento saca una promoción de vivienda protegida, ya sea para compra o para alquiler, se “agotan las existencias”. El éxito, obviamente, no está en el alquiler, si no en el precio.

No hay que ser muy lumbreras para darse cuenta de que para que compense un alquiler, el precio tiene que, en primer lugar, ser asequible al bolsillo del arrendatario, y en segundo lugar estar tan por debajo de una hipoteca como para que pasado el tiempo en que se vaya a abandonar la vivienda la suma total pagada siga siendo menor que la que se habría pagado comprándola. Y ahora, siendo realista al considerar el sueldo de una persona cualquiera en un trabajo “normal”, y haciendo los cálculos pertinentes, resulta que un alquiler que reuniese esas características debería oscilar entre los 300 o 500 euros. Pues eso, quien encuentre uno así que me no dude en avisarme. Siguiendo en esta línea realista diré que me ha sido imposible encontrar un alquiler que esté por debajo de los 600 euros y de estos más bien pocos. La media del alquiler se sitúa entre los 700 y 900 euros, que obviamente es mucho más de lo que habíamos calculado.

Y en estas apareció el Gobierno de J.L.R. Zapatero y nos vende una medida, que en principio podría resultar maravillosa para los que opten por el alquiler. Es la Renta Básica de Emancipación, es algo así como una ayuda a jóvenes hasta los 30 años según la cuál recibirán 200 euros al mes para pagar el alquiler, además de otro tipo de ayudas como avales y demás. En principio puede parecer una buena idea, pero si nos ponemos a pensarla, nos damos cuenta de que es terriblemente injusta, primero porque, hemos de reconocer que no solo los jóvenes con menos de treinta años la necesitan, ¿y los de treinta y uno, o treinta y dos, o que diablos, los de cualquier edad? Y en segundo lugar, porque en realidad los beneficiarios son los de siempre, los dueños de la vivienda en alquiler, que aprovechando las circunstancias tendrán una nueva excusa para subir los alquileres, tanto a los que reciban ayuda, como a los que no.

De cualquier manera, no es de extrañar que más de mil jóvenes al día soliciten la Renta Básica de Emancipación[1], pues toda ayuda es poca, lo que me parece más casualidad es que las ayudas empiecen a entregarse en fechas tan próximas a las elecciones generales.
[1] http://www.publico.es/045173/primeras/ayudas/alquiler/jovenes/recibiran/15/dias