Miércoles 30 enero de 2008
Hoy ha sido un día sobre diferentes percepciones de la realidad. La culpa la ha tenido un video electoral del PSOE que ha vuelto a sembrar la polémica bajo lo que podría ser un ataque al líder de la oposición[1]. El video en cuestión presenta a un ciudadano cualquiera con un rasgo especial, su pesimismo. Este pesimismo le acompaña durante varias situaciones en el video y parece culminar cuando, en un bar en el que se ve de fondo una televisión con un discurso del Presidente Zapatero, el ciudadano reacciona ante éste con el mismo pesimismo y desilusión. El video termina ahí, pero con un fuerte mensaje: “No seas él”.
Con este video, el PSOE reivindica lo que ellos llaman “ la mirada optimista” de las cosas frente a una mirada catastrofista, que ve desastres por doquier, y que, como no, esta representada por el Partido Popular y más concretamente por Mariano Rajoy.
Y escuchando a los políticos en cuestión, e incluso el discurso de sus partidos, o de sus partidarios, en distintos programas de televisión o radio, puede parecer que esa imagen es cierta. En efecto, mientras que el Partido Popular, desde su papel de oposición y aspirante a la presidencia de gobierno nos muestra una fatal imagen de la situación en la España de Zapatero, el PSOE, desde la otra esquina responde dándonos una imagen de bonanza y estabilidad.
El problema es que ambas imágenes son justamente eso, solo imágenes. Y como sabemos desde Platón, una imagen no es la realidad. En España tenemos un dicho que podría adaptarse a esta situación. Se trata de esa frase que hace referencia a “ver la botella medio llena o medio vacía”. La clave de esta frase es que a la botella le falta tanto para caer de lo “lleno” como para caer del lado de lo “vacío”. Pero en realidad de la botella solo se puede decir que está por la mitad, y eso es lo que un observador objetivo o realista –llámesele como se quiera- debería decir. Pero esa afirmación no portaría mas mensaje que una mera información sobre la realidad, y eso en política sirve más bien de poco.
Y así se entra en el juego de las interpretaciones. Una interpretación de la realidad lleva más información que la realidad misma. Es eso que se ha venido llamando la connotación y la denotación. Si una frase se limita a describir la realidad, a decir por ejemplo que la botella esta por la mitad o que el paro subió en 117000 personas en 2007[2] , el mensaje que esa frase lanza es exactamente ese, que la botella está por la mitad o que el paro subió en 117.000 personas en 2007. El mensaje es su denotación. Pero cuando se dice que la botella esta “medio llena” o “medio vacía” o que esas cifras son las mejores/peores de los últimos años, el mensaje se vuelve más complejo, porque no solo comprende lo que de hecho la frase denota, si no que también abarca todo lo que dicha frase connota, y el problema es que la connotación es demasiado subjetiva para que nos sirva de análisis de la realidad. Y esta subjetividad es la que, a la vez impide un acercamiento a la situación real, en tanto que ésta pasa a un segundo plano mientras que la connotación adquiere el protagonismo.
Esta técnica es muy antigua y los políticos la conocen, y conocen sus resultados. Son conscientes de que transmitiendo la realidad de la forma más objetiva posible ponen de manifiesto que las bases en las que el sistema se mantiene no son las que, de suyo, le corresponden. Y esto puede poner en peligro el propio sistema. Por eso no es de extrañar que ante las posiciones de los políticos se pueda estar de acuerdo o no. Porque no son la realidad, si no imágenes de ésta, representaciones, y ante ellas siempre caben nuevas opiniones o nuevas interpretaciones. Ésta es la dificultad de la política, que siempre se mueve en el plano de la realidad subjetiva y se aleja de la realidad común objetiva.
[1] http://www.abc.es/20080130/nacional-politica/psoe-emite-video-cenizo_200801301403.html
[2] Cfr 25 enero de 2008
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