miércoles, 20 de febrero de 2008
Y en un día como hoy en que mi máxima preocupación estaba relacionada con la búsqueda de empleo me encuentro en todas las portadas y en las cabeceras de todos los telediarios una noticia que sin duda marcará uno de esos días históricos. Fidel Castro, líder de la revolución cubana durante casi 50 años anuncia que no aspirará al cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe.
En un comunicado escrito al periódico Granma el aún mandatario cubano se dirige al pueblo de Cuba diciendo textualmente “no aspiraré ni aceptaré –repito- no aspiraré ni aceptaré el cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe”[1]. Obviamente no es esto lo que han noticiado Europa Press, el grupo Prisa y el resto de las plataformas mediáticas. Ellos hablaban de “renuncia al cargo” o cosas similares. Pero hay que dejarlo claro. Fidel no renuncia al cargo porque para renunciar a un cargo tienes que estar en posesión de él. Esta idea de renuncia la basan en esa imagen falsa que llevan tanto tiempo vendiéndonos del régimen cubano. Me explicare mejor.
La imagen que el 90% de los medios occidentales, o debería decir mejor Imperiales, han trasmitido de Cuba es la de una isla cuyos designios quedaron en manos de un loco comunista tras el triunfo de una revolución anacrónica. Lo que esta imagen trasmitía era la de Fidel Castro como un dictador que atentaba contra toda idea de democracia. Hay que reconocer que Cuba no es perfecta y que tiene muchos aspectos mejorables, pero de ahí a creer en esa imagen que nos trasmitían hay un paso enorme. La cuestión es que desde la llegada al poder de Fidel en Cuba se han celebrado elecciones, la diferencia es que en esas elecciones no existen partidos carroñeros, si no que son las asambleas vecinales las que proponen directamente a personas que puedan ser elegidas después para el Parlamento Cubano, lugar donde luego se elegirá al Presidente del Consejo, que durante casi 50 años a elegido a Fidel Castro. Así funcionan las elecciones en Cuba aunque a algunos les cueste creerlo. Lo que generalmente se argumentaba contra esto era la existencia de un partido único que se presentara a las elecciones. En efecto, en Cuba existe un único partido legal, pero ese partido no se presenta a las elecciones bajo ninguna lista electoral, como se hace por ejemplo en España, porque como ya he dicho, son las Asambleas las que proponen a los representantes los cuales en muchos casos no están relacionados con el partido. Eso es lo que por ejemplo ha sucedido en las elecciones de este año que se celebraron el pasado 20 de enero. Muchos de los elegidos para formar parte del Parlamento no están vinculados al partido, entre otras cosas porque ese único partido se mantiene en el sistema Cubano –que no necesita de partidos- solo como homenaje a Jose Martí. La cuestión es que después de celebrarse las elecciones y configurarse el Parlamento a éste le tocaba elegir el próximo domingo quien sería Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe. Dicho de otra forma, el domingo acababa legalmente el mandato de Fidel a la espera de que el Parlamento le “renovara”. Por eso Fidel no renuncia a un puesto, si no como que se elimina de la lista de candidatos a ese puesto, que es muy diferente. Si Fidel hubiese querido “renunciar” o “abdicar” como muchos medios insinúan que hace ahora no habría esperado hasta las elecciones, si no que lo habría hecho hace 19 meses, cuando la enfermedad le hizo delegar las funciones en el vicepresidente. Ya en aquel entonces los periódicos recogieron que Fidel dejaba el mando en manos de su hermano, dando la sensación de que el mandato pasaba por derecho hereditario, cuando lo que sucedió, fue que por convalecencia del Presidente asumió el cargo el Vice-Presidente, algo normal en casi todos los sistemas políticos. Pues Bien, Fidel no renunció entonces a su cargo para evitar justo ese ataque, y se mantuvo, muy en perjuicio de su salud, frente del Gobierno. Ahora llega una nueva elección y Fidel ve la oportunidad de descansar, y de seguir luchando por la revolución desde otros frentes que no requieran la salud de la que ya no goza, por eso no rechazo ser propuesto como miembro del Parlamento, pero si como Presidente. Solo falta por ver quien será el elegido para continuar esa resistencia que Cuba mantiene contra el Imperio. Seguro que habrá cambios, pero francamente espero que no en lo esencial. Hasta la Victoria Siempre.
[1] El texto integro del comunicado podemos encontrarlo en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=63454
lunes, 18 de febrero de 2008
Durante todo el día de hoy no he podido dejar de pensar en una cosa: La entrevista que hicieron ayer al campechano líder de la oposición y candidato a Presidente del Gobierno Mariano Rajoy. Además no soy el único que se vio sorprendido por lo que el señor Rajoy dijo en ella, ya que las frases con más jugo han sido analizadas en algunos periódicos.
De entre ellos me quedo con El Mundo en su versión digital, porque recoge unas declaraciones francamente espectaculares. Ya en el titular resaltan una de las frases de Rajoy que tiene un significado especial: “He defendido los postulados del socialismo clásico”[1]. A ver por donde empiezo. Lo primero que se me ocurre plantearme ante esto es qué entiende Rajoy por socialismo clásico. Según Marx, que de esto de socialismo sabía un poco, existen dos clases de socialismo, por un lado lo que el llamo socialismo utópico defendido por hombres como Saint-Simon o Robert Owen, y por otro lado, el propio socialismo marxista al que el mismo llamo socialismo científico.
¿A cuál de ellos se referiría Rajoy? Grosso modo, Saint- Simon defendía que todos los hombres deben trabajar según sus capacidades y cobrar según sus actitudes, algo de esto, tal vez si que sea política interna del PP, pero aún hay más, porque si Rajoy defendiera los postulados de Saint-Simon estaría en contra del derecho de herencia – lo que en este caso le haría defender una República, y abogaría por un gobierno de industriales, banqueros y técnicos. Creo, sin duda, que este último postulado es el que defiende Rajoy.
Pero sigamos, porque si Rajoy defendiera a Owen tendría que seguir su ejemplo sobre todo a nivel práctico y tendría, como él, que construir viviendas para sus obreros, escuelas para sus hijos, comedores y defender un tipo de economía cogestionada por lo público y lo privado, siempre con más beneficio para lo público. De Owen igual algo toma o malinterpreta.
Pero sucede que si Marx llama utópico a este socialismo no es por casualidad. Para el, este socialismo sólo se limita a señalar los antagonismos de clase pero no señala las condiciones materiales para la emancipación del proletariado. Y por ello introduce su socialismo científico, para poder dar cuenta de esto. Y entonces habla de plusvalía, de valor de uso y valor de cambio, de alienación, de lucha de clases, de dictadura del proletariado y, finalmente, de abolición de la sociedad de clase y del reparto de los medios de producción entre aquellos que poseen la fuerza de producción. Obviamente a este socialismo Rajoy ni acercarse.
Y no fue la única perla que nos dejo el señor Rajoy, porque entre otras cosas dijo también que no hay tanta diferencia entre los intereses del PSOE y los del PP. Otra enorme verdad. De hecho yo incluso mantendría que no hay ninguna diferencia, salvo de nombre y de careta. Porque ambos partidos buscan lo mismo, llegar a la Presidencia del Gobierno para poder moverse en ese círculo de intereses creados, y perpetuar y legitimar un sistema que privilegia todo tipo de intereses económicos frente a una autentica Democracia y Estado de Derecho.
[1] http://www.elmundo.es/elmundo/2008/02/15/eleccionesgenerales/1203065648.html
jueves, 14 de febrero de 2008
Días como hoy son el claro ejemplo de que la realidad está plagada de paradojas. Y vuelve a no ser descubrimiento mío. Creo recordar que fue Nietzsche quien afirmó, hace ya más de un siglo, que “la verdad cabalga siempre sobre la paradoja”. Nietzsche no lo decía en el mismo sentido que yo, pero sin duda abrió un camino por el que llegaríamos a la importancia de la interpretación de la realidad.
En ese sentido dos nuevas paradojas recogidas hoy en los titulares de los periódicos me hacen hoy plantearme cómo entender la realidad en que vivo.
La primera paradoja la extraigo del periódico El Mundo en su edición digital, donde se recoge “Bermejo se muda a un piso oficial y gasta en su reforma 250.000 euros”[1]. Sin saber nada más podría pensarse que exagero, que no hay en el titular ninguna paradoja. Pero quienes conocen esos datos seguro que descubren la paradoja con una simple lectura. Resulta que Bermejo es el ministro de justicia del actual Gobierno de España. Resulta que un español medio se las ve y se la promete para hacer frente al gasto que supone la compra de una vivienda. Resulta que por 250.000 euros casi puede adquirirse una vivienda en determinadas zonas de Madrid. Resulta que un alto porcentaje de casas viejas de Madrid necesitan ser rehabilitadas porque son un auténtico peligro para sus inquilinos y no puede hacerse por falta de dinero. Y resulta, además, que a los actuales ministros solo les queda un mes en sus correspondientes cargos. Con todo esto puede verse mejor la paradoja. ¿Le parece justo al ministro de Justicia realizar esa ostentosa muestra de gasto público en una reforma de una vivienda, cuando gran parte de los españoles tienen problemas con este tema? Reconozco que mi problema muchas veces es pecar de ingenuidad socrática y pensar que, por ejemplo, para ser Ministro de Justicia hay que saber lo que es la Justicia del mismo modo como para ser Ministro de Economía se ha de conocer como funciona la economía. Pero parece que no es absolutamente necesario que así sea, al menos en el caso del señor Bermejo, a no ser que su idea de Justicia ande por esos derroteros.
La segunda paradoja está más relacionada con los medios de comunicación. La recoge el siguiente titular de El País: “Cuba desmiente la detención del joven que debatió con Alarcón”[2]. Veamos dónde se encuentra aquí la paradoja. La noticia hace referencia a una supuesta detención de un joven universitario cubano tras un debate que tubo lugar en una universidad cubana entre el presidente del Parlamento cubano y algunos estudiantes. En este debate, al presidente se le hicieron algunas increpaciones sobre el estado de Cuba y de su realidad. Todo el debate esta disponible en la página del periódico Gramma. En este debate, además de esas críticas, los estudiantes se declaraban partidarios de la revolución y atacaban a la campaña mediática de muchos países contra Cuba, declarando que se sentían manipulados por la prensa extranjera. Y de nuevo aquí la paradoja. Porque el propio debate fue victima de la manipulación por parte de muchos medios que solo sacaron las duras críticas de los estudiantes hacían a Alarcón, y fabricaron la noticia de tal modo que pareció que el estudiante más incisivo fue después detenido. Nada más lejos de la realidad como puede verse en el debate integro. Lo que me extraña es que El País publique esta noticia, aunque sea con ese aire de “ellos dicen”. Porque no es la primera vez que este periódico ataca a Cuba, por supuesto con mentiras. Pero esta vez, el rápido contraataque cubano ha puesto en jaque a los medios manipuladores al hacer público todo lo acontecido aquel día, de forma que esta vez, la paradoja se resuelva sobre la verdad.
[1] http://www.elmundo.es/elmundo/2008/02/13/espana/1202865985.html
[2] http://www,elpais.es 13/02/08
martes, 12 de febrero de 2008
Me encanta la campaña electoral porque siempre deja jugosos titulares que permiten darse cuenta de cual es la idea que los políticos tienen de la política. Hoy leo en el mundo digital “Rajoy propone que se rebaje la edad penal para delitos cometidos por menores”[1] . Esto significa, leyendo entre líneas que, para Rajoy, el problema de la delincuencia juvenil se solucionaría endureciendo las penas. No quiero perder mucho tiempo en rebatir esta posición, solo recalcar, que emplear ese argumento y acabar justificando la pena de muerte solo se llevan un par de pasos. Y todos sabemos que la pena de muerte en EEUU no hace que disminuya la delincuencia, en realidad provoca todo lo contrario, porque aumenta el número de muertes por violencia en tantas unidades como personas mueren en la silla eléctrica. Algunos tenemos claro que más represión no es igual a menos delincuencia.
Además sucede que las características de los jóvenes que delinquen no tienen mucho que ver con las de aquellos que lo hacían en tiempos en la necesidad o la marginación social empujaba a cometer atracos a punta de navaja o pistola. Ahora muchos de los que delinquen son jóvenes de familias “normales” y sus crímenes suelen ser asesinatos, palizas o, efectivamente, atracos, pero se caracterizan por una violencia extrema y salvaje. Y resulta que este tipo de jóvenes, en la mayoría de los casos, han recibido una cierta educación.[2] Quizá la salida no sea una nueva reforma penal que encierre antes a los que delinquen, ya que además las cárceles no cumplen su función de reinserción social en un alto porcentaje, si no que más bien genera una nueva actitud y un nuevo estatus social que no favorece nada dicha reinserción. Por eso siempre he creído que la clave está en la política educativa que un estado propone y en la educación que los niñ@s reciben desde los primeros meses de vida, en la cual tiene un papel primordial el entorno como elemento regulativo que fija la posible escala de valores que más adelante el joven acabará teniendo o no teniendo.
Pero el señor Rajoy ha dejado claro sus intenciones a este respecto. Seguir apostando por el miedo y la represión. Tampoco debe extrañarnos tanto, ya que es la estrategia de moda. La demonización del otro permite actuar e manera preventiva. Lo demostró Bush en su cruzada contra el terrorismo, y lo hace Rajoy con su protesta de reforma de la Ley del menor. Efectivamente, ambos remiten al mismo esquema. Se trata de generar un temor en la sociedad, de despertar sus miedos, para poder así justificar de manera maquiavélica toda actuación. Para Bush fue el terrorismo, para Rajoy es la inseguridad ciudadana y el resultado es el mismo, una falsa medida preventiva que en ambos casos toma forma de castigo.
En el primer caso, pagó todo un país el precio de esta medida preventiva sufriendo una grotesca invasión que todavía dura hoy y que se ha cobrado ya más de un millón de muertos. Por eso podemos decir que la medida no fue válida. En el segundo caso la medida no puede resultar satisfactoria porque no ataca la raíz del problema. Solo pretende imponer penas más duras, y apelar, otra vez, al miedo que los posibles delincuentes puedan tener frente a éstas. Pero esta medida no actúa directamente sobre el entramado social que desemboca en delincuencia. No es realmente preventiva porque no se puede pedir que prevenga, sino más bien que amenaza. Y la amenaza, en tanto que enfrentamiento de fuerzas siempre produce conflicto más bien que los soluciona.
[1] http://www.elmundo.es/elmundo/2008/02/11/espana/1202732539.html
[2] Cfr Viernes 1 de febrero de 2008
lunes, 11 de febrero de 2008
Hoy mientras dedicaba algo de tiempo al estudio y la lectura me he parado a pensar cuanto tiempo hace que la Iglesia Católica participa en los asuntos de Gobierno. Y me he dado cuenta de que me tengo que remontar casi hasta los propios orígenes de dicha institución y recorrer un largo trecho de historia que pasa por hermanamientos entre poder civil y eclesiástico, enfrentamientos entre gibelinos y güelfos por dicho poder, y guerras propias de la religión para mantener su hegemonía económica, y guerras en las que en principio la religión no importaba pero la Iglesia siempre acababa metiendo la cabeza.
Con la creación de los Estados modernos parecía que la religión iba a ser, por fin. Relegada al orden de lo privado, y de esta manera dejar de tener una influencia en el devenir de la política, pero no resulto así. Muchos años más tarde, mientras se critican los regímenes “fundamentalistas” islámicos no nos damos de hasta que punto la Iglesia Católica interviene tanto en política como la religión del Corán lo hace en sus países propios.
En los últimos días esto está quedando más patente, sobre todo viendo las manifestaciones que se promueven desde la iglesia, o incluso esa “petición de voto” por parte de los obispos que tanto ha molestado a Zapatero. Pero esta intromisión no es nueva. En España estamos acostumbrados a que la Iglesia Católica se pronuncie sobre cientos de asuntos políticos. Y no solo por parte del Episcopado español, si no por parte de los sucesivos Papas, que actúan como profetas todavía hoy. Esa sea, tal vez, la mayor diferencia entre el catolicismo y el Corán, que los católicos todavía tienen profeta, para dar interpretaciones en función de lo que más interese.
Si realmente la política pertenece a la esfera de lo público, y la religión a la esfera de lo privado, no se entiendo por qué la Iglesia Católica sigue manteniendo ese poder político. España parecía reconocerlo así cuando en su Constitución se declaraba como “Estado laico aconfesional”. Pero la realidad es totalmente distinta. Un verdadero Estado laico y aconfesional sería aquel en el que en ningún momento ninguna religión sería beneficiaria del Estado, dejando de este modo que todo asunto relacionado con la fe estuviera exclusivamente ligado con el ámbito privado de la persona y consiguiendo así una autentica libertad de culto en la que la elección del tipo de religión a seguir sea solo una cuestión personal o, en cualquier caso, fruto de la educación familiar, pero de ningún modo favorecida por el Estado. Y en España esto no es así.
El Estado español ha favorecido descaradamente a la Iglesia Católica y parece que seguirá siendo así por mucho que Zapatero anuncie cambios en su trato con la Iglesia[1].
De momento hay que señalar que el Gobierno de este apologeta del laicismo es el que mas financiación económica ha dado a esta institución. Más, incluso, que el Gobierno de Jose Maria Aznar. Mientras que éste, en el año 2000, financió la Iglesia con 128,1 millones de Euros, Zapatero dio, en el 2006, 144,24 millones de Euros y una reciente revisión a la alza del porcentaje del IRPF entregado por el Gobierno. Si a todo esto le sumamos que, “según el Ministerio de Hacienda la conferencia Episcopal y la Iglesia perciben 150 millones de euros de la dotación de IRPF; 3.200 millones de euros en subvenciones a colegios concertados; 517 millones para sueldos de profesor de religión; 90 millones a organizaciones sociales; 60 millones a hospitales e instituciones de beneficencia; 30 millones a capellanías castrenses en cárceles y cuarteles; 200 millones para el patrimonio inmobiliario y artístico; 60 millones para otras actuaciones en el ámbito urbano. A esto hay que añadir unos 750 millones de euros de ahorro por desembolsos fiscales no realizados. Tenemos que la Iglesia Católica percibe anualmente una suma que ronda los 5000 millones de euros.”[2]
Parece claro, entonces, que, en primer lugar, la Iglesia debiendo pertenecer al ámbito de lo privado sigue siendo costeada con fondos destinados a gasto público; que, esto mismo, hace que la Iglesia Católica salga beneficiada frente a otro tipo de religiones, llevando a contradicción eso de que estamos en un estado laico y aconfesional; que, esa misma Iglesia, sigue usando su influencia para interferir en la vida política según sus propios intereses; y que todo enfrentamiento entre el actual gobierno y dicha institución no es más que un paripé y un circo mediático para que cada uno de los implicados se refuerce de cara a sus seguidores.
[1] http://www.elimparcial.es/contenido/2813.html
[2] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=62946
Hoy voy a empezar sin tapujos. Y lo voy a hacer de la mano de unas declaraciones del responsable de economía y empleo del PP Arias Cañete, en las que declaraba que “La mano de obra inmigrante no es cualificada. Ya no hay camareros como los de antes.”[1]
En primer lugar, me pregunto si cuando se dice “la mano de obra inmigrante”, el señor Arias Cañete se refiere a la mano de obra inmigrante en general, es decir, a la de todos aquellos que por necesidad salen de su país, dejando en él a su familia y su historia, entre los cuales estuvieron, no hace mucho cientos de españoles, o se refiere a la mano de obra inmigrante que se está dando ahora concretamente en España. Todo hace pensar que, obviamente, no se refiere a la primera, si no más bien a la segunda.
Todavía me aborda otra duda. Cuando Arias Cañete se refiere a esa mano de obra inmigrante que se esta dando aquí y ahora en España, ¿se refiere a todos los inmigrantes que desempeñan un puesto de trabajo en España? Me da en la nariz que la respuesta es no. Y no por aquello de que no se puede generalizar, si no porque Arias Cañete se refiere a una inmigración muy concreta que ocupa unos puestos muy específicos.
Arias Cañete no se refería en su afirmación a, por ejemplo, la enorme cantidad de futbolistas extranjeros que militan en equipos de fútbol españoles. No, y eso que estos señores también serían “mano de obra inmigrante”, pero una mano de obra extremadamente cualificada a tenor de los sueldos que reciben y el prestigio que poseen, prestigio que se eleva hasta tal punto que a cualquiera de los que asegura que la inmigración es un problema no le importaría que esta otra clase de inmigrantes siguiera llegando. Pero no, Arias Cañete se refiere a otro tipo de inmigrante, y por supuesto a otro tipo de empleo. No es baladí que el ejemplo que Arias Cañete tome sea el de camarero. El empleo de camarero representa, junto al de personal domestico, el paradigma de la servidumbre. El paradigma de aquellos puestos donde se genera mayor plusvalía. La plusvalía según Marx era aquello que surgía de la diferencia entre el valor de cambio que el propietario de los medios de producción daba al obrero por su fuerza de trabajo, y el valor de cambio que tenía realmente el producto realizado con dicha fuerza de trabajo. Pues bien, esta plusvalía era cuantificable en la medida en que se creaba un objeto, se obtenía un producto, pero en los trabajos del tipo como el de camarero, no se genera un producto, o más bien, el producto es un servicio en el más estricto sentido de la palabra. Se trata de un puesto en el que la voluntad se somete a la orden del cliente. La fuerza de trabajo no produce un objeto material y cuantificable y en este sentido, se hace imposible calcular la plusvalía, no porque no exista, si no porque no tiene referente. Por todo ello, este tipo de puesto tiene una connotación social y un significado específico. La de aquel trabajo en el cual al no haber propiamente producto, la fuerza de trabajo empleada es menos valorada, de modo que cualquiera puede hacerlo. Y según Arias Cañete, los inmigrantes no lo saben hacer, es decir, los inmigrantes no son “cualquiera” no entran dentro de la misma categoría que todos aquellos a los que consideramos cualquiera. Son otra cosa. “Ya no hay camareros como los de antes”, no es una apelación a la profesionalidad de los camareros, si no a que “cualquiera” pueda ser un camarero. Obviamente, Arias Cañete maneja ese concepto por el que “cualquiera” nunca podrá ser un inmigrante. Seguramente porque el piense, más por la línea de Democracia Nacional, que esa “escoria venida de tierras lejanas”[2] solo es capaz de generar violencia, delincuencia y otras cosas de ese estilo que “cualquiera” no haría.
Por otra parte y viendo como funciona el asunto en España, deberíamos pensar, más bien, que esa ineficacia de la que habla Arias Cañete no es patrimonio de la mano de obra inmigrante, si no de otro tipo de personas que demuestran su inoperancia con declaraciones de esa guisa.
[1] http://www.elpais.com “Arias Cañete cuestiona la eficacia en el trabajo de los inmigrantes. 07/02/08
[2] Cfr Sábado 19 de enero 2008
viernes, 8 de febrero de 2008
Y más de vivienda. Si ayer hablábamos de la compra, hoy toca el alquiler. Resulta que la subida del precio de las viviendas y la dificultad que, sobre todo los jóvenes, teníamos, y todavía tenemos, para independizarnos despertó la idea, de que la solución podría estar, como en otros países de Europa, en el alquiler. Pese a que mucha gente era reacia al alquiler opto por este como la única medida posible para poder tener un “pedacito de intimidad”. Pero el mercado, salvaje y voraz no tardo en aumentar el precio de los alquileres tanto en función de la demanda como en función de las subidas del precio del suelo. De esta forma se paso a pagar por ciertos alquileres casi la misma cuota que por ciertas hipotecas, de forma que no era de extrañar que la gente volviese a ver en la compra la mejor opción.
Los distintos gobiernos seguían pensando que el alquiler podría ser una buena solución así que dedicaron parte del suelo en el que se construía vivienda protegida a vivienda de alquiler con distintas modalidades. Ni que decir tiene, que cada vez que algún ayuntamiento saca una promoción de vivienda protegida, ya sea para compra o para alquiler, se “agotan las existencias”. El éxito, obviamente, no está en el alquiler, si no en el precio.
No hay que ser muy lumbreras para darse cuenta de que para que compense un alquiler, el precio tiene que, en primer lugar, ser asequible al bolsillo del arrendatario, y en segundo lugar estar tan por debajo de una hipoteca como para que pasado el tiempo en que se vaya a abandonar la vivienda la suma total pagada siga siendo menor que la que se habría pagado comprándola. Y ahora, siendo realista al considerar el sueldo de una persona cualquiera en un trabajo “normal”, y haciendo los cálculos pertinentes, resulta que un alquiler que reuniese esas características debería oscilar entre los 300 o 500 euros. Pues eso, quien encuentre uno así que me no dude en avisarme. Siguiendo en esta línea realista diré que me ha sido imposible encontrar un alquiler que esté por debajo de los 600 euros y de estos más bien pocos. La media del alquiler se sitúa entre los 700 y 900 euros, que obviamente es mucho más de lo que habíamos calculado.
Y en estas apareció el Gobierno de J.L.R. Zapatero y nos vende una medida, que en principio podría resultar maravillosa para los que opten por el alquiler. Es la Renta Básica de Emancipación, es algo así como una ayuda a jóvenes hasta los 30 años según la cuál recibirán 200 euros al mes para pagar el alquiler, además de otro tipo de ayudas como avales y demás. En principio puede parecer una buena idea, pero si nos ponemos a pensarla, nos damos cuenta de que es terriblemente injusta, primero porque, hemos de reconocer que no solo los jóvenes con menos de treinta años la necesitan, ¿y los de treinta y uno, o treinta y dos, o que diablos, los de cualquier edad? Y en segundo lugar, porque en realidad los beneficiarios son los de siempre, los dueños de la vivienda en alquiler, que aprovechando las circunstancias tendrán una nueva excusa para subir los alquileres, tanto a los que reciban ayuda, como a los que no.
De cualquier manera, no es de extrañar que más de mil jóvenes al día soliciten la Renta Básica de Emancipación[1], pues toda ayuda es poca, lo que me parece más casualidad es que las ayudas empiecen a entregarse en fechas tan próximas a las elecciones generales.
[1] http://www.publico.es/045173/primeras/ayudas/alquiler/jovenes/recibiran/15/dias
jueves, 7 de febrero de 2008
Llevamos varios días en que se escucha por todas partes lo catastrófica que es la crisis financiera, lo mucho que están subiendo los productos más básicos de la cesta de la compra y lo difícil que está siendo para muchas familias afrontar la temida hipoteca.
El tema de la crisis es de risa, porque mientras que la mayoría de nosotros la sufrimos desde hace tiempo, para el gobierno, la oposición y la banca resulta que es algo de ahora.
Me resulta gracioso – porque no se me ocurre otra palabra- escuchar como según algunos, parece que las cosas van mal desde hace solo unos meses, cuando en realidad es algo que se estaba gestando desde hace muchísimo más tiempo. No es desde hace tres meses que las familias viven endeudadas, no es desde hace tres meses, que las familias tiene que pedir créditos al banco, y no es desde hace tres meses que muchas familias no pueden pagar las hipotecas. Hace más tiempo de eso, casi tanto tiempo como el que hace que aparecieron las empresas de créditos rápidos o las reunificadotas de pagos.
Fue el gran auge del ladrillo, la subida de la vivienda a precios desorbitados, la que dio comienzo a este ciclo, y es por tanto su “recesión” la que le pone un trágico fin. En aquel momento, viendo lo rápido que subía la vivienda mucha gente se decidió a comprar, algunos previendo un gran negocio en la especulación, otros por miedo a que subiera tanto que fuese imposible conseguir una. Sea como fuere, los que no tenían dinero pero querían adquirir una vivienda, aunque fuese a precios prohibitivos tuvieron que “hipotecar” literalmente su vida. Y digo su vida, porque mientras que en otros tiempos tenías que dedicar a lo máximo 20 o 25 para terminar de pagar un piso, ahora, y ya en aquel momento, tenías casi duplicar este periodo de tiempo. Pero ni siquiera esto echo para atrás a los valientes que, decididos a apretarse el cinturón, ponían todo su empeño en conseguir que los bancos le hicieran el favor de concederle la hipoteca. Como todos sabemos, “la banca nunca pierde” y pensando en los beneficios que podían sacarse con tantas hipotecas o en el peor de los casos el patrimonio que se ganaría al hacerse con los inmuebles caso de impago de dichas hipotecas, la banca comenzó a frotarse las manos con un período de notable crecimiento y algunos “grandes visionarios” comenzaron a abrir inmobiliarias llamados por el olor del dinero.
Pero tenía que llegar el fin, tenía que “explotar la burbuja” –como suele decirse-. Muchas hipotecas están dejando de pagarse, y son tantas que los bancos empiezan a preocuparse y dejan de conceder nuevas hipotecas, o al menos lo ponen más difícil. Esta dificultad se traslada al mercado inmobiliario, ya que sin hipoteca muy poca gente puede comprar una casa, de forma que la venta disminuye. Eso se traduce en una disminución de la demanda, no precisamente porque se deje de necesitar una vivienda, si no por su imposibilidad para acceder a ella. De forma que si no hay venta no hay negocio, o eso quieren hacernos creer cuando publican “La crisis se lleva por delante el 40% de las oficinas inmobiliarias”[1]. Sin embargo, me da la sensación de que el negocio de la especulación inmobiliaria sigue funcionando, sobre todo cuando me entero de la mega operación urbanística que se quiere hacer en Los Monegros, o de que el AVE que une Madrid con Guadalajara no parará en Guadalajara capital, sino en un pueblo que está a diez minutos en coche y en el que gente vinculada al PP tiene terreno que recalificará a muy buen precio, o que España es el país de Europa que mas viviendas tiene sin “usar”.
[1] http://www.elpais.com 05/02/08
miércoles, 6 de febrero de 2008
En el día de hoy me ha pesado bastante la actividad del fin de semana. Tanto, que casi pensaba no escribir nada continuando así con la habitual pereza que me entra los sábados y domingos. Pero he echado un vistazo rápido a los periódicos y en casi todos ellos me he encontrado con una misma noticia. En ella se recogen unas declaraciones de Manuel Pizarro, el número dos en las listas del PP al congreso, en las que afirma que “Somos el único país que paga a los terroristas”[1]. No hace falta explicar que el señor Pizarro se refería los concejales y alcaldes de ANV y PCTV y a la caja común que estos partidos tienen compartida con Batasuna.
Dejando a un lado que todavía no esta demostrado que estos partidos estén relacionados con la banda terrorista -ya que no toda la izquierda vasca es terrorista-, Pizarro demuestra con estas declaraciones lo poco que conoce de historia, de política internacional y de terrorismo. O, a lo mejor, cuál es su interpretación de qué sea terrorismo. Así como repaso rápido se me ocurre pensar, por ejemplo, en como Estados Unidos financió a la guerrilla afgana que luego se convertiría en el máximo representante del terrorismo islamista. Pero para aquellos que piensen que eso es solo historia y que hablamos de alfo pasado, pues hay más. El ejercito israelí atenta todo los días contra el pueblo palestino haciendo caso omiso de las resoluciones de la ONU. La CIA, además de haber planeado más de un magnicidio frustrado, atenta contra los derechos humanos de sus prisioneros en sus bases o en vuelos secretos que se saltan la legalidad. El ejercito estadounidense y sus aliados mantienen ocupado Irak. Las grandes empresas de ciertos países contratan a mercenarios con nombre de empresas de seguridad privada para garantizar, con extrema violencia y licencia para matar, la seguridad de sus infraestructuras. En el Congo los niños se ven envueltos en guerras financiadas por estas mismas empresas o por los mismos intereses económicos ocultos que mueven a los estados.
Seguro que me dejo más cosas en el tintero. Pero bueno, viendo esto podemos darnos cuenta de que, caso que sea cierto que España “paga a terroristas” – y me refiero a los mismos que se refiere Pizarro, porque a los de otro tipo estoy seguro que sí-, no es tan cierto que seamos el único país que lo hacemos, o acaso el ejercito israelí no está pagado por el gobierno de Israel, o la CIA por el estadounidense. Y qué hay de todos esos ejércitos que invaden y ocupan países matando mujeres y niños, ¿no es eso terrorismo? ¿No forman parte de los presupuestos de sus respectivos Estados?
En fin señor Pizarro, gracias por mostrarnos tan claramente que no es para usted terrorismo, tampoco nos ha sorprendido tanto.
[1]http://www.elpais.com/articulo/espana/Pizarro/Somos/unico/pais/paga/terroristas/elpepuesp/20080204elpepunac_1/Tes
martes, 5 de febrero de 2008
Viernes 1 febrero
Y de nuevo en víspera de fin de semana. Además primeros de mes. Los que no estén en paro seguro que se frotarán las manos de satisfacción por recibir hoy la tan esperada nómina. Un soplo de aire fresco para la común maltrecha economía de multitud de familias. Con o sin dinero, una cosa es segura, el fin de semana es uno de los principales momentos para mantener relaciones sexuales. Bien sea entre gente que ya las mantenía o para gente que intentará mantener su primera relación.
Y dándole vueltas a esto leo en El País “La educación sexual es una cuestión de suerte”[1]. La noticia quiere mostrar como en muchos centros no existe nada que tenga que ver con la educación sexual. Ahí es donde realmente se despierta mi indignación.
Para empezar hay que especificar que, obviamente, nos referimos a centros de educación secundaria, donde estudian adolescentes desde los
En primer lugar, si los docentes, que son los que están en mayor contacto con los alumnos, estiman que es necesaria una educación sexual podríamos plantearnos que tal vez tengan algo de razón, y que es posible que se necesite, por lo cual la autoridad competente debería de incluirlo en el Curriculo oficial. Pero yo voy más allá. ¿Tan bueno es nuestro sistema educativo actual, que la única preocupación es si los centros de secundaria tienen o no educación sexual? Deberíamos reflexionar sobre eso. Particularmente, yo creo que todo lo que tiene que ver con la educación en España y en otros muchos países es una patraña. No soy ni seré el primero que defienda que la educación en manos del poder solo sirve para mantener el poder establecido, eso ya lo han defendido pensadores desde Bakunin hasta Freire. Sin embargo si pienso que hubo un momento en el que eso casi se olvidó y se abogó por un sistema educativo que dio resultados. Fue un sistema que casi enseñaba realmente a pensar, y eso unido a otras muchas circunstancias hizo posible la emergencia de los movimientos sociales críticos que tanto ruido llevan haciendo desde finales del siglo pasado. Pero el poder reacciono a tiempo, y viendo los resultados recordó aquello de que la clave está en la educación. De forma que para evitar daños mayores se plantearon reformas educativas cuyo fin no era otro que eliminar esa capacidad de pensar que casi habían logrado enseñar los sistemas anteriores. En ese marco nos movemos nosotros. En España, cada cambio de gobierno a traído un cambio en las leyes de educación. Eso son tres leyes en 10 años, y curiosamente cada cambio ha hecho incrementar más el fracaso escolar. Después no ha faltado quien ha culpabilizado de este al modo de vida de los jóvenes y su cambio de intereses o a su falta de motivación. Ese argumento es tan falso como absurdo, porque el modo de vida, los intereses o las motivaciones son siempre y serán fruto de la educación, nadie nace queriendo llevar un determinado mudo de vida o con unos intereses u otros, si no que va eligiendo estos conforme la educación que va recibiendo.
Y así la tapadera es perfecta. Ponemos un mediocre sistema educativo que siga las directrices del gobierno de turno, y que obviamente no se va a salir de los intereses capitales –léase capitales en los dos sentidos. De esta manera conseguimos que accediendo a la escuela pública salgan de ella el tipo de perfiles que necesitamos para mantener la estructura social de la que vive el sistema capitalista. En ella distinguiremos, a los estudiantes que superen su formación y pasen a formar parte en su mayoría del sector servicios, o cargos medios en grandes empresas, a los que alcancen suficiente nivel para ser operarios o trabajadores de cualquier otra índole, a los que no terminen sus estudios y tengan que buscar cualquier otra salida en el mercado laboral que mantenga los trabajos basura, y a aquellos que por una causa u otra conozcan el “dinero fácil” y formen parte de esa otra parte tan necesaria de la sociedad capitalista como son los delincuentes de poca monta, es decir, ese tipo de delincuente que puede acabar en la cárcel y que sirve al sistema para tapar a los auténticos criminales. El siguiente paso el alimentar el debate sobre la educación con falsos argumentos, de forma que también sirva de arma electoral, mientras se culpa a ésta de ineficiente o insuficiente para el día de mañana. Por último se promete un nuevo sistema en el que se potencie todo lo que falta para conseguir ese mañana mejor. El problema es que no se especifica para quién será mejor. Yo, por mi parte, creo tener claro cuál es su intención. Hacernos tontos para hacernos felices. Bendita la felicidad del cerdo que vive ignorante de su futuro en el matadero.
sábado, 2 de febrero de 2008
Hoy es un día de esos en los que no me siento “español”. Bueno, en realidad, siempre me he negado a que “español” sea algo más que un simple gentilicio y se torne en categoría. El motivo ha sido el siguiente titular: “Los españoles, preocupados por el terrorismo y la crisis económica”[1] . La noticia se basa en el barómetro sociológico del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) realizado en el mes de diciembre y que se ha hecho público en estos días.
Y con este tipo de encuestas o “estudios” siempre me surge la misma pregunta. ¿Quiénes, diablos, son lo encuestados? Porque la verdad es que rara vez me he reconocido en sus resultados, lo cual no es de extrañar –soy un tipo muy raro-.Pero lo peor de todo es que, entre gente de mi entorno, que si pueden ser consideradas bastante “normales”, los resultados que estos “estudios” ofrecen tampoco parecen adecuarse demasiado a la realidad.
Pero supongamos que la gente se cree a pies juntillas los resultados del CIS, mejor aún, supongamos que los resultados reflejan la realidad. ¿Qué significarían, entonces, éstos? Sencillo, que los “españoles” adolecemos de la capacidad para percibir la problemática real y por ello acudimos a los acontecimientos más recientes para buscar el problema. Por ejemplo, que el terrorismo haya vuelto a ser una de las preocupaciones de los “españoles” se debe sin duda a que el estudio se realizó pocos días después del asesinato de la banda terrorista ETA a dos guardias civiles en Francia. En cuanto a la crisis económica como preocupación seguro que está bastante relacionada con el gasto realizado en las navideñas fechas en que el “estudio” tuvo lugar. Del mismo modo que tras el caso Malaya o Gescartera, la principal preocupación era la corrupción.
Pudiera parecer que el hecho de que “los españoles” estén preocupados cada vez por una cosa distinta es una buena noticia, pero a mí no me lo parece, más bien veo en ello un problema. Porque esta oscilación el las preocupaciones no se dan cuando un problema queda resuelto, si no que el cambio de preocupación deja en suspensión la preocupación anterior, pero esta suspensión no soluciona el problema, si no que lo perpetúa indefinidamente. Además, de algún modo, este continuo variar en las preocupaciones de “los españoles” justifica y legítima que nunca se solucione el problema que las provoca, ya que, en tanto que dejan de ser preocupaciones desaparece también el problema. De esta forma “los “españoles” se mueven siempre en un mismo espectro de preocupaciones que se mueve conforme a las circunstancias de un determinado momento.
Y aún falta algo por tener en cuenta. Las preocupaciones sociales pueden pertenecer a dos niveles distintos. Un primer nivel que tendría que ver con lo que Marx llamó las “condiciones materiales de existencia” y que estaría vinculado con una especie de “egoísmo”. En este nivel las preocupaciones serían aquellas que afectan expresamente al individuo concreto. Son preocupaciones del tipo “no tener trabajo”, “no tener comida”, “tener salud”, etc. El otro nivel tendía un alcance un poco más global y serían aquellas preocupaciones que pueden afectar al conjunto de la sociedad. Son preocupaciones tipo “el paro”, “el terrorismo” o “la crisis financiera”. Un buen observador se daría cuenta en seguida de que, en efecto, el barómetro del CIS, solo aparecen preocupaciones de este segundo tipo. Tal vez sea por eso por lo que yo nunca me sienta reflejado. Porque mis preocupaciones a nivel individual nunca aparecen, y mis preocupaciones a nivel de sociedad son otras distintas a las que generalmente recogen estos resultados. Pero ya he dicho que yo soy raro, y a mi me preocupa que Israel provoque un genocidio en Palestina, que EEUU mantenga una lucha contra el mundo, conspire, ataque e invada a países que no se someten a su imperialismo económico, que el sistema democrático es España este preparado favorecer a los grandes partidos y no a los pequeños, eliminando así la esencia de la democracia. En definitiva, a mi a ese nivel me preocupa que los que se presuponen defensores de las reglas del juego son los primeros en saltárselas, y no solo eso, si no que además no dudan en acusar al resto del mundo, cuando este resto del mundo, al darse cuenta de la hipocresía que dichas reglas suponen, deciden saltárselas también o incluso, en algunos casos, luchar contra ellas
[1] http://www.elpais.com 31/01/08
viernes, 1 de febrero de 2008
Hoy ha sido un día sobre diferentes percepciones de la realidad. La culpa la ha tenido un video electoral del PSOE que ha vuelto a sembrar la polémica bajo lo que podría ser un ataque al líder de la oposición[1]. El video en cuestión presenta a un ciudadano cualquiera con un rasgo especial, su pesimismo. Este pesimismo le acompaña durante varias situaciones en el video y parece culminar cuando, en un bar en el que se ve de fondo una televisión con un discurso del Presidente Zapatero, el ciudadano reacciona ante éste con el mismo pesimismo y desilusión. El video termina ahí, pero con un fuerte mensaje: “No seas él”.
Con este video, el PSOE reivindica lo que ellos llaman “ la mirada optimista” de las cosas frente a una mirada catastrofista, que ve desastres por doquier, y que, como no, esta representada por el Partido Popular y más concretamente por Mariano Rajoy.
Y escuchando a los políticos en cuestión, e incluso el discurso de sus partidos, o de sus partidarios, en distintos programas de televisión o radio, puede parecer que esa imagen es cierta. En efecto, mientras que el Partido Popular, desde su papel de oposición y aspirante a la presidencia de gobierno nos muestra una fatal imagen de la situación en la España de Zapatero, el PSOE, desde la otra esquina responde dándonos una imagen de bonanza y estabilidad.
El problema es que ambas imágenes son justamente eso, solo imágenes. Y como sabemos desde Platón, una imagen no es la realidad. En España tenemos un dicho que podría adaptarse a esta situación. Se trata de esa frase que hace referencia a “ver la botella medio llena o medio vacía”. La clave de esta frase es que a la botella le falta tanto para caer de lo “lleno” como para caer del lado de lo “vacío”. Pero en realidad de la botella solo se puede decir que está por la mitad, y eso es lo que un observador objetivo o realista –llámesele como se quiera- debería decir. Pero esa afirmación no portaría mas mensaje que una mera información sobre la realidad, y eso en política sirve más bien de poco.
Y así se entra en el juego de las interpretaciones. Una interpretación de la realidad lleva más información que la realidad misma. Es eso que se ha venido llamando la connotación y la denotación. Si una frase se limita a describir la realidad, a decir por ejemplo que la botella esta por la mitad o que el paro subió en 117000 personas en 2007[2] , el mensaje que esa frase lanza es exactamente ese, que la botella está por la mitad o que el paro subió en 117.000 personas en 2007. El mensaje es su denotación. Pero cuando se dice que la botella esta “medio llena” o “medio vacía” o que esas cifras son las mejores/peores de los últimos años, el mensaje se vuelve más complejo, porque no solo comprende lo que de hecho la frase denota, si no que también abarca todo lo que dicha frase connota, y el problema es que la connotación es demasiado subjetiva para que nos sirva de análisis de la realidad. Y esta subjetividad es la que, a la vez impide un acercamiento a la situación real, en tanto que ésta pasa a un segundo plano mientras que la connotación adquiere el protagonismo.
Esta técnica es muy antigua y los políticos la conocen, y conocen sus resultados. Son conscientes de que transmitiendo la realidad de la forma más objetiva posible ponen de manifiesto que las bases en las que el sistema se mantiene no son las que, de suyo, le corresponden. Y esto puede poner en peligro el propio sistema. Por eso no es de extrañar que ante las posiciones de los políticos se pueda estar de acuerdo o no. Porque no son la realidad, si no imágenes de ésta, representaciones, y ante ellas siempre caben nuevas opiniones o nuevas interpretaciones. Ésta es la dificultad de la política, que siempre se mueve en el plano de la realidad subjetiva y se aleja de la realidad común objetiva.
[1] http://www.abc.es/20080130/nacional-politica/psoe-emite-video-cenizo_200801301403.html
[2] Cfr 25 enero de 2008
jueves, 31 de enero de 2008
En el día de hoy ha habido algo que me ha desconcertado bastante. Una sentencia dictada por el Tribunal de Justicia Europeo por la que las operadoras de internet no están obligadas a facilitar los datos de quienes se descarguen música de la red.[1]
La demanda había sido realizada por productores españoles que pedían a Telefonica que les facilitara los datos de aquellos usuarios que descargaban música de internet para poder cobrarles con ello. Telefónica se negó, y el asunto llego a los tribunales.
Paro la cosa no es tan simple, y esta noticia me da mucho que pensar. Conociendo cuales son los principios de Telefónica me choca bastante verla como defensora de los usuarios anónimos que se descargan la música. Y lo mismo me ocurre cuando pienso que el Tribunal Europeo da la razón a los usuarios frente a los productores. Porque eso es lo que puede parecer a primera vista. Iré por partes.
Para empezar veamos a los productores, no a todos los productores del mundo, no, concretamente a los productores españoles, que presa de la crisis del sector, no dejan de plantearse estrategias nuevas para compensar las perdidas producidas por la piratería. Lo que más choca es precisamente esto, que sean precisamente los productores españoles los que han interpuesto la demanda, cuando los usuarios que descargan música no son solo los españoles, si no los de el mundo entero y en algunos casos no precisamente gratis. Aquí se ve el poco interés que esos señores tienen por la difusión de la música y la elevada afición a recibir dinero por cualquier vía posible.
Otra cuestión es la de quiénes son los beneficiados por esta sentencia. Podría parecer bastante claro que los principales beneficiados son los usuarios, que pueden seguir descargándose música sin miedo a ningún tipo de represalia. Yo no estoy tan seguro de que eso sea así. Si el Tribunal de Justicia Europeo ha dictado sentencia a favor de Telefónica, lo hace a favor de Telefónica y no de los usuarios de Telefónica. Porque será Telefónica la que siga manteniendo a toda la cantidad de clientes que contratan internet para conseguir música, películas y otras tantas cosas que circulan por la red de forma gratuita y que podrían perderse si éstos se vieran amenazados a pagar por partida doble – a la operadora y a los productores- por aquello que descargan.
Y por último el Tribunal Europeo, el gran héroe de esta sentencia. Con ella el Tribunal Europeo parece demostrar que existe la justicia. Que lo que es justo puede triunfar en los tribunales. Francamente, yo no se que es más justo, si que se enriquezca Telefónica o que lo hagan los productores. Lo que si tengo claro es que aunque la sentencia pueda ser justa para todos los que alguna vez hemos descargado música en internet, en realidad no lo es. Decía Kant que hay dos formas de actuar conforme a la ley. Una de ellas era por propio interés, por miedo a ser rechazado o por otros motivos de esta índole, esta forma, aunque pareciera conforme a la Ley, aunque pareciera justa, no lo era en realidad. La forma autentica de obrar conforme a la Ley era para Kant la que se derivaba de la propia Ley, del respeto a su forma, así la justicia se daba cuando se hace lo que se debe por el mero respeto al deber. En el caso del Tribunal Europeo nos encontraríamos ante el primer caso. Puede que la sentencia parezca justa, pero dudo que los motivos que han llevado a formularla lo sean cuando se trata de una compañía con intereses económicos tan grandes como Telefónica.
[1] http://elmundo.es/navegante/2008/01/29/tecnologia/1201601310.html
miércoles, 30 de enero de 2008
La carrera electoral no entiende de descansos. La semana empieza con un plato fuerte, un anuncio que seguro que da mucho que hablar durante loa próximos días. El actual presidente del Gobierno, y candidato por el PSOE a la presidencia en las próximas elecciones se ha destapado con una nueva promesa electoral que seguro que despierta más de una reacción. Jose Luis Rodríguez Zapatero ha declarado que si gana las elecciones devolverá a todos los trabajadores españoles 400 Euros en la declaración de la renta.
Este anuncio puede interpretarse de muchas maneras. Una de ellas el suponer que lo que Zapatero pretende con esta devolución es comprar los votos de los que participen en las elecciones del 9 de Marzo. ¡Caray con la interpretación! Los que así piensan no tienen ni remota idea de lo que esa interpretación desvela. Para que nos hagamos una idea, decir que Zapatero quiere comprar los votos de los electores demuestra hasta que punto nuestra democracia dista de lo que es una autentica Democracia. Suponemos que una Democracia es ese sistema donde cada ciudadano puede elegir libremente a aquellos representantes que mejor representen sus intereses. Para ello son necesarias, al menos, dos condiciones. Primero que todo el mundo pueda presentarse a las elecciones, de forma que se garantice la pluralidad, hasta el punto de que si no hay nadie que pueda defender mis intereses, yo mismo me pueda presentar para representarme. Y no es ningún juego de palabras. Solo si un ciudadano puede encontrar entre los candidatos a las elecciones a alguien que pueda representar sus intereses podemos hablar de Democracia. Eso, desgraciadamente en España no existe.
Pero, además hay una segunda condición que tampoco se cumple y que queda muy patente cuando escuchamos esa interpretación de la que estamos hablando. Decíamos que en una Democracia cada ciudadano puede elegir libremente. Y una elección libre es solo aquella que no está sujeta a ningún condicionante. El mero hecho de suponer que un voto se puede comprar revela que el votante esta sujeto a una necesidad que le impide ejercer el voto en libertad. Hablo, claro está, de la necesidad económica. La economía condiciona nuestro voto hasta el punto de que éste, libre por definición, pueda ser “comprado”. No se si será o no esa la intención de Zapatero, pero el mero hecho de que se haya planteado esta interpretación destapa lo que tanto tiempo ha querido esconderse, que la democracia en que vivimos no es más que un espejismo en el que no se dan ninguna de las condiciones básicas para hablar de Democracia.
Aunque hay otra interpretación que tampoco es demasiado halagüeña. Esta otra interpretación es la que transita por el sendero de la justificación. ¿De donde sale ese dinero que Zapatero quiere devolver a los trabajadores? Pues bien, la respuesta es obvia, de las arcas públicas. Según el gobierno, del superávit que se ha producido durante el ejercicio 2007. Bueno, para empezar hay que decir que cualquier país coherente utilizaría ese superávit para invertir en sí mismo, es decir, invertir en salud, educación, política social, infraestructuras o, porque no, en crear una reserva para las vacas flacas. Zapatero no. Zapatero prefiere devolver el dinero directamente a los trabajadores. Este gesto tiene un paralelismo muy grande con una acción muy presente en el mundo empresarial, el reparto de ganancias entre los accionistas. Y esto, en principio puede parecer algo beneficioso, pero también deja entrever una idea muy peligrosa. Se trata de la idea por la cual un país se entiende como una empresa más. Y como tal tiene sus objetivos principalmente económicos para los accionistas. El problema es que la mayor parte de las veces los accionistas no son el conjunto de la sociedad, sino un grupo muy reducido y concreto que, a la larga ,es el que sale beneficiado de toda “transacción comercial” que el país lleve a cabo. Bajo esta perspectiva, la idea de Democracia tampoco presenta mucha credibilidad.
En definitiva, da igual como quiera interpretarse el anuncio de Zapatero, ya que un análisis objetivo de la realidad nos va a llevar a la misma conclusión por los dos caminos. La democracia española es solo una excusa para que algunos se perpetúen en su situación de “accionistas”.
jueves, 24 de enero de 2008
Es extraña la sensación que tengo hoy. No sabría definirla exactamente, pero para explicarlo de alguna manera diré que me muevo entre la alegría, el orgullo, la impotencia y la resignación. Todo esto en una mezcla que va pasando genealógicamente de la una a la otra y después se para en mi pecho en forma de pregunta. La verdad es que no es la primera vez que me siento así, si no que esta sensación se asienta en mí cada vez que oigo, veo o leo alguna noticia sobre la situación en Palestina.
Y la noticia que hoy figura en todos los medios de comunicación vuelva a despertarme estas sensaciones. “Éxodo masivo de Palestinos a Egipto tras el derrumbe de los muros fronterizos”[1] dice un titular en El Mundo. Lo que la noticia y las fotos nos quieren mostrar son miles de palestinos huyendo de Gaza a Egipto por un muro derrumbado.
La realidad es otra. La realidad no es que los palestinos huyan de Gaza, su hogar, su tierra.La realidad es que esos palestinos huyen de Israel. Si. Huyen de Israel porque es Israel la que mantiene un bloqueo contra Gaza que ha dejado sin alimentos, sin medicinas y sin energía toda la zona. Huyen de Israel, porque es el ejercito israelí el que todavía bombardea Gaza saltándose no se cuantas resoluciones de la ONU. Huyen de Israel, en definitiva, porque Israel quiere que huyan de él para poder mantener así su expansión colonial sobre terrenos palestinos.
Ese “éxodo masivo” no es una huida del territorio controlado por Hamas, es, más bien una huida facilitada por Hamas para que el pueblo palestino salga del campo de concentración en que Israel ha convertido Gaza. El muro que separaba Gaza de Egipto no ha caído solo, ha sido Hamas, en un intento por liberar a su pueblo quien lo ha derribado a bombazos. Por ahí han visto la luz los prisioneros de esta “cárcel al aire libre en que se ha convertido Gaza”[2]. Y al ver su proyecto genocida peligrar, Israel a pedido a Egipto que evite el éxodo, en otras palabras, que no permita que sus prisioneros se escapen. Pero aún así los palestinos lo han hecho, han abandonado su hogar para salvar su vida, y de momento lo han logrado. Hasta ahí la alegría y el orgullo.
Pero acto seguido la impotencia y la resignación. En primer lugar ante la hipocresía de Israel, que escudándose en el holocausto nazi pretende llevar a cabo su propio holocausto contra el pueblo palestino. En segundo lugar ante el apoyo que el Estado de Israel recibe del gran defensor de la paz y la lucha contra el terrorismo, ese señor que invadíó un país sin permiso de la ONU para establecer la paz y la democracia, me refiero, como no, al presidente Bush. En tercer lugar hacía la propia ONU, porque ante situaciones como esta sale a la luz cuál es el verdadero alcance que esta institución tiene, ninguno. Lo demostró en el genocidio de Rwuanda, lo demostró en la invasión de Irak, y lo demuestra cada vez que Israel atenta contra un palestino. La ONU solo vale para legitimar lo que el poder económico quiere que legitime. Y eso para muchos no es una sorpresa, pero no por ello debe dejar de indignarnos.
Pero en un mundo como el de hoy todo puede legitimarse en un breve espacio de tiempo, exactamente el tiempo que dura una imagen. Así el suceso real, el que necesita tiempo para producirse pierde valor.[3] La ONU y el gobierno de Bush legitiman sus acciones con imágenes. Hamas, el pueblo palestino, sencillamente realizan la acción. En un mundo sensato la acción se impondría a la imagen, pero no en éste.
Por eso quizá me hayan llamado tanto unas declaraciones de Alberto Ruiz Gallardón que recoge hoy el diario digital El País. “Hay que hacer caso a nuestro maestros”. Estas han sido las palabras de Gallardón. Y su sentido inmenso. De acuerdo que los maestros de Gallardón fueron los maestros del franquismo. Pero no es esto lo que quiero resaltar, si en cambio la figura del maestro. El maestro, a diferencia del profesor es el que se toma su tiempo para contar las cosas. El maestro, en su explicación de la realidad explica la acción. Porque el maestro no tiene prisa, por eso no necesita recurrir a una imagen fugaz que represente, imite la realidad, si no que puede explicarla, puede hablar sobre ella. El maestro materializa la explicación en acción. Sócrates era un maestro porque se tomaba su tiempo, porque recogía la acción, y eso le permitía comprender la realidad. Acabo con una sentencia de muerte. Es el precio que tienen que pagar quienes recogen la acción. El precio que, a ojos de Israel, tiene que pagar el pueblo palestino.
[1] http://www.elmundo.es 23/01/08
[2] La sexta Noticias. Edición del medio día.
[3] Cfr “Leer con niños” Santiago Alba Rico Ed. Caballo de Troya 2007
miércoles, 23 de enero de 2008
Hoy es mi cumpleaños y casi se cumple mi deseo. Esta mañana ha habido un desplome de las bolsas de todo el mundo por turbulencias financieras. En mi deseo, cuando la banca perdía todo su dinero éste iba a las manos de todos los que no lo tienen, y en esta nueva situación, en la que el dinero estaba en posesión de todo el mundo, éste carecía de valor. El problema es que en este pseudo desplome el dinero que se “pierde” no va a manos de los que no lo tienen, si no de los que ya lo tienen, y el que queda, al tener que repartirse parece tener más valor. No soy economista ni entiendo mucho de estas cosas, pero si noto, de un tiempo a esta parte que el dinero ya no cunde lo que cundía antes. Y se también que a los milmillonarios no les afectan las crisis.
Mientras a un ciudadano cualquiera se le recomienda encarecidamente que si quiere ahorrar unos eurillos tiene que recorrerse tres o cuatro supermercados y comparar precios, los señores del dinero, esos que están por encima de las crisis, se van de compras a tiendas exclusivas donde unos zapatos o un bolso cuesta dos veces el salario mínimo interprofesional.
Las crisis económicas en realidad funcionan como un mecanismo regulativo para que las grandes riquezas no sufran muchas fluctuaciones. Durante una crisis económica, los que lo pasan mal no son los que pierden grandes sumas en inversiones atrevidas, los que realmente sufren las consecuencias son los que no tienen la suficiente fuerza económica para mantenerse a flote. Una crisis económica produce pérdidas, si, e incluso puede acabar con empresas mas o menos estables, pero los auténticos propietarios del dinero no corren riesgos reales. En realidad, lo que ocurre en una crisis económica es que el “dinero fuerte”, deja de fluir, se estanca. Y ese estancamiento provoca que tenga que moverse otro dinero distinto, proveniente de fuentes más débiles y que es el que el sistema económico capitalista necesita “regular” para poder mantenerse en su avance depredador. Ese dinero débil es el que, a fin de cuentas, manejamos la mayoría de los ciudadanos. Es el que se fija en nuestros sueldos, en un pequeño negocio, el que permite pagar la hipoteca o hacer la compra. Ese dinero débil no permite hacer reservas en una crisis económica, si no que es el que tiene que moverse con un único objetivo: perder su valor, desvalorizarse para que, después de la crisis el dinero fuerte siga siendo fuerte.
Y como ese dinero es “nuestro dinero”, somos nosotros los que pagaremos las consecuencias frente a la crisis que se avecina.
Pero no se preocupen los españoles. El presidente del gobierno aumentará las pensiones mínimas en 200 euros. Una gran noticia para nuestro futuro. El problema es que ni con eso un pensionista llegará a final de mes. Pero al menos el anuncio da sus frutos. Porque los que tienen el dinero fuerte saben que sin el movimiento del dinero débil, el sistema capitalista no se mantendría. De esta forma se aseguran una sostenibilidad ficticia del sistema que solo se da en la medida en que se permite la circulación del dinero. De modo que con esa subida se obliga a los pensionistas a seguir manteniendo el sistema, porque se les permite seguir intentado llegar a fin de mes. La base ideológica de esta estrategia es que siempre tiene que parecer que se puede lograr, de forma que el ritmo de aumento de las pensiones, o de los salarios mínimos, nunca puede permitir que el dinero débil se convierta en dinero fuerte. Por eso ahora se promete esta subida en las pensiones ¡Y no quiero ni pensar cuál será mi suerte cuando llegue ese momento! Luego se preguntaran porque a uno no le gusta envejecer.
Hoy me he despertado con curiosidad por que me depararía el fin de semana. Y quién me iba a decir a mí que iba a acabar planteándome una cuestión sobre la Justicia. No, no. No me refiero a la Justicia universal y con mayúsculas que tanto preocupaba a Platón, si no a nuestra justicia, a nuestro sistema judicial. Me llama tremendamente la atención la hipocresía de éste cuando veo cosas como a la que ahora me voy a referir.
Durante un tiempo se ha estado pidiendo al Gobierno que instara la ilegalización a ANV por apología del terrorismo y de la violencia, y ahora en plena campaña se ha hecho. Pero mientras esto ocurre nos llega la noticia de que tribunal Superior autoriza una manifestación en Madrid, convocada por un grupo político que no quiero ni nombrar, en cuya nota de convocatoria se puede leer “contra la escoria venida de tierras lejanas”[1]. El gobierno, tratando de salvar la cara coherentemente con su autobombo de un Madrid para todos había prohibido hace unos días esta manifestación por ser de un claro corte racista. Pero el Tribunal Superior no lo debe de creer así, es más debe de pensar que incitar a la violencia en solo patrimonio de ciertos partidos y no de otro, por qué ¿Quién iba a creer que una manifestación “contra la escoria venida de tierras lejanas” es incitación a la violencia? Claro que la violencia se tiene contra las mujeres, contra los niños, incluso contra los animales, pero no contra “esa escoria venida de tierras lejanas”, precisamente, porque no se incluyen en el conjunto de iguales.
Pero curiosamente esto de los iguales no deja de ser pura conveniencia. Los ayuntamientos abren campaña de empadronamiento (impuestos) las empresas contratan con o sin papeles porque les resulta mas económico y crean menos problemas, sus muertes son más baratas. En este sentido recoge el Mundo digital una noticia en la que nos dice que la muerte por accidente laboral se redujo en el año 2007 a 1104. Y lo presenta como un triunfo. Desconozco el porque de este triunfalismo aunque se me ocurre porque puede ser. Posiblemente porque la mayoría de los que han muerto no lo han hecho en un banco o en una junta directiva, si no en trabajos con condiciones precarias de seguridad, y obviamente, con el razonamiento de los señores del mundo ese tipo de puestos solo lo pueden desempeñar un tipo muy concreto trabajadores, en su mayor parte formado por la misma “escoria venida de tierras lejanas” de la que los lumbreras de Democracia Nacional –vaya se me escapo el nombre del partido- hablaban en su nota de convocatoria. Y siendo así, y pensando en la cantidad de cayucos o aviones con inmigrantes que llegan a España, la diferencia resultante entre los que mueren y los que pueden seguir trabajando para mantener nuestro sistema todavía es grande. En fin, que pensando, pensando resulta que el Tribunal Supremo, Democracia Nacional y El Mundo no se diferencian tanto entre sí como a primera vista pudiera parecer.
[1] http://www.elpais.com 19-01-2008
El sentimiento de pertenencia. Psicólogos, antropólogos y todo tipo de pensadores que hayan especulado sobre la estructura de la sociedad y de cualquier otro grupo han terminado por tropezar de una u otra manera con este escollo. ¿Qué nos hace sentirnos parte de algo? ¿Cuáles son las características que ha de tener algo para que podamos decir que mantiene una relación de pertenencia con respecto a otra cosa? La gente de a píe no le da tanta importancia. Hasta tal punto es así, que el ámbito de la pertenencia queda notablemente reducido a grupos relativamente pequeños – la familia, la empresa, los amigos, un partido político, una ciudad, un país-, en definitiva, grupos cuyos rasgos esenciales y sus objetivos pueden expresarse de forma concreta y sin ningún tipo de duda, o que de alguna manera están enmarcados en un espacio determinado y del cual se pueden fijar unos limites precisos. De esta forma, se puede decir que cuesta asimilar una pertenencia a un grupo cuyos rasgos diferenciales o cuyos límites sean difusos.
De lo que nos damos cuenta analizando lo anterior es, creo, sumamente importante. ¿Por qué necesitamos que esos rasgos diferenciales o límites estén tan claros en un grupo para poder identificarnos con él, para poder sentir que pertenecemos a ese grupo? La respuesta está, precisamente, en lo que esos rasgos o límites significan. Y lo que significan es la posibilidad de la exclusión. Reconocemos un grupo porque podemos excluir a alguien, porque no todos pueden formar parte de él. Por eso necesitamos rasgos diferenciales, y por eso necesitamos límites. Y, falta decir, por eso no somos capaces de reconocernos en un grupo de características abstractas como puede ser la humanidad. Estos límites son los que permiten establecer la diferencia con lo otro a lo que no pertenecemos, de forma que así podemos crearnos una identidad.
Por ejemplo, Alberto Ruiz Gallardón, brillante y carismático alcalde de Madrid por el Partido Popular, y posiblemente uno de los políticos mejor valorados en nuestro país – pese a sus pretensiones faraónicas. Gallardón pertenece desde hace treinta años a un grupo, su partido, en el que se ha forjado una identidad, y al que ha dado algunos éxitos. Pero Alberto es ambicioso, y sabe que dentro de un grupo puede haber grupos más selectos, por lo que de un tiempo a esta parte pone todo de su parte por pertenecer a ese grupo cuya concreción y límites son tales que solo puede estar formado por un número muy reducido de miembros. Me refiero, claro está, a las listas electorales de su partido. Y parecía que lo iba a lograr, cuando un giro del destino ha excluido a Ruiz Gallardón de ese grupo con el que tanto se identificaba. Resultado: el gran desamparo que le supone sentirse “triste y derrotado”.
Otro ejemplo. Hace unos meses el COE (Comité Olímpico Español) propuso dotar de letra al himno de España. Organizo un megaconcurso entre todos los españoles al que dotaron con todos los elementos de un buen marketing y lograron que se presentaran más de 7000 composiciones. Se nombro un jurado y se preparo una fiesta para dar a conocer la futura letra del himno. Pero salió mal, la letra se filtro antes de tiempo y el resultado no fue el esperado. La letra que tanto costo elegir no agradaba a casi nadie y su acogida no fue buena. Hoy la noticia es que el COE no retira esa letra y no la presentara a Las Cortes para que la voten, Pero ¿Qué es lo que realmente ha pasado? ¿Por qué no ha gustado la letra? Lo primero que tengo que decir sobre esto es que a mí los himnos ni me van, ni me vienen, porque creo que mi grupo de pertenencia es más amplio, pero aún así, puedo entender que a cada País le “haga ilusión” tener un himno. Lo que sucede es que un himno es un canto a la patria, y salvo en los países que recientemente hayan conquistado su independencia, trata de narrar de forma juglaresca las grandes gestas que han ensalzado a un país. Escúchese si no “La Marsellesa”, por ejemplo. Y estas letras han surgido todas durante la consolidación de los Estados, es decir, en momentos en los que todo el mundo se identificaba con su “patria” y se sabía perteneciente a ese grupo que formaban los miembros de su país, y en el que se podía dejar fuera a cierto numero de personas que no cumplían ciertos requisitos, entre ellos el no nacer en el territorio de ese Estado. Y el COE pretende que en España, ahora se escriba la letra de un himno, y que guste a todos. Pero esa letra solo puede gustar si cumple un requisito: que se pueda ver en ellas los rasgos distintivos, los límites que conformarían el grupo que “España” – como país- quiere cerrar. De ahí, la dificultad. Además, un elemento clásico en la letra de los himnos es acudir a rasgos de la historia, y si nosotros no podemos hacerlo así. No podemos por dos motivos, el primero es que una de las características que ese nuevo himno tenía que tener era la de no herir susceptibilidades, y el segundo es que nuestra historia reciente, lejos de ser grandiosa y loable, esta atravesada por la mentira y fundamentada en una dictadura cuyos posos todavía se mantienen en las estructuras de gobierno. Por eso todavía tiene sentido la pregunta ¿estamos preparados para un himno?
Me he despertado preocupado por un sueño. Un sueño en el que el tiempo pasaba tan rápido que si alguien hacía un vaticinio no era necesario esperar para ver si se cumplía, si no que bastaba un instante para verlo realizado. Y eso me hecho reflexionar sobre el tiempo. Y pensando, pensando se me ha ocurrido algo. El tiempo, aunque parezca ser una medida universal, no lo es. Me explico. Es cierto que todos medimos el tiempo en horas, minutos o segundos. Estas medidas si son universales, pero no son el tiempo. El tiempo, en realidad, debería medirse en actos y consecuencias, al menos en el mundo de los hombres. Porque está bien aplicar minutos, segundos, días o miles de años a fenómenos sometidos a leyes físicas, ya que la causalidad de éstas nos permiten deducir las consecuencias. Sin embargo, en el caso de los fenómenos que tienen que ver con los hombres, la puesta en juego de la libertad, impide que las consecuencias puedan ser previstas y, en ese sentido, el registro temporal en horas o días debería tener un valor secundario.
Habría que medir, como ya he dicho, en actos y consecuencias. De esta forma se pondría de manifiesto la relatividad del tiempo, relatividad que se haría patente en la existencia de los distintos ritmos. Estos distintos ritmos son los que articulan el tiempo para cada acontecimiento humano. Así, nos daríamos cuenta de que existe un tiempo en política, que es distinto de un tiempo de aprendizaje, o de un tiempo de trabajo, incluso de un tiempo de ocio. Todos ellos marcados por actos y consecuencias.
En este sentido me han llamado la atención dos acontecimientos de hoy. Por un lado, el anuncio de que el gobierno ha instado a la fiscalía para la ilegalización de ANV, del otro lado el anuncio del partido popular de que será Manuel Pizarro el elegido por Rajoy para tomar las riendas de la economía española si el gana las elecciones. Ambas pertenecen al tiempo de la política y, ambas, pueden medirse bajo el mismo esquema acto-consecuencia. El acto, la disolución de Las Cortes ayer y el inicio de la carrera electoral.
La consecuencia, un rápido golpe de efecto de los dos grandes partidos para tratar de aventar al rival por la carrera presidencial. El actual partido en el gobierno, que no había cedido hasta ahora a las presiones que el partido popular venía haciendo tiempo atrás para que se instase a la legalización de ese partido, ha demostrado, que si no lo había hecho hasta el momento no era porque realmente creyese en un Estado democrático en el que los ciudadanos tengan un variado espectro de posibilidades políticas para elegir, si no porque estaba esperando el momento. El momento en que el acto de instar a la ilegalización de ANV reportara una consecuencia política. Exactamente igual ha sucedido con el anuncio de la incorporación de Manuel Pizarro como segundo para las listas del PP. Mientras que el debate de las listas tomaba cuerpo para los ciudadanos con la posible inclusión de Alberto Ruiz Gallardón, el PP guardaba la solución para el momento oportuno, y una vez dado el pistoletazo de salida, mostraba su primera carta tocando otra de las preocupaciones importantes de los españoles, la economía.
Así, nos vuelven a mostrar sus tácticas, ponerse la piel de cordero para conseguir la situación beneficiosa que permita hacernos creer que son como nosotros, que están a nuestro nivel y que no hay diferencia entre cualquier ciudadano de a píe y ellos. Más aún, la de mostrar su buena voluntad como bandera de su dignidad para obtener el cargo al que se presentan.
No sabría como comenzar un día como hoy. Tal vez con una disculpa o, mejor dicho, una explicación. Lo idea de un diario es que – como su propio nombre indica- sea escrito ha diario. Y no ha sucedido así. ¿Que poderosa fuerza ha conseguido alejarme de la tarea fijada? ¿Por qué este salto en el tiempo? La razón es tan sencilla como banal. Y tiene nombre propio: FUTBOL. Si. Como tantos otros jóvenes – y no tan jóvenes- soy un apasionado del fútbol. Tanto para practicarlo, como para verlo. Y eso se sabe. Los medios de comunicación lo saben. Y nos dan lo que queremos. Entretenimiento futbolístico a raudales que sirve, no solo para tenernos pegados al televisor o a la radio, o para hacernos comprar rotativos vacíos de contenido, sino para algo más pérfido, más sórdido y más malévolo aún: para distraernos. Sí, captan nuestra atención y nos invitan a no pensar, a olvidar lo que pasa en el mundo, a dejar a un lado todas las grandes preocupaciones que arrastramos durante la semana.
Pero llega el lunes y el mundo, que ha seguido rodando, nos sorprende con sus portadas. Hoy un gran titular en el panorama nacional. La convocatoria de elecciones para el próximo 9 de Marzo y el trepidante comienzo de la carrera preelectoral que bien seguro nos dejarán desde hoy hasta dicho día un buen número de medidas electoralistas y titulares con no menos intención. Empezará el circo mediático, las estrategias de despiste, las alusiones al terrorismo, la vivienda, la economía, la inseguridad ciudadana, o la salud pública. Y, paradójicamente, todo dicho por boca de terroristas, alentadores de terroristas y defensores de terroristas – pero a nivel internacional el terrorismo solamente aparece como peligroso si tiene vínculos islamistas y no cuando se toman determinadas medidas políticas-,gente que no tiene una, si no dos casas y no precisamente de 30m2, funcionarios son sueldos que, como mínimo, triplican el sueldo medio de cualquier otro ciudadano, personajes que gozan de seguridad privada allá por donde van, y que, como no dejan sus asuntos de salud en manos de clínicas privadas de cualquier parte del mundo.
Pero en los diarios no aparecerá eso - a no ser, claro está, que sea como artimaña política cuya única finalidad tenga mostrar la maldad de algunos frente a la benevolencia de otros. Como tampoco ha aparecido, o lo ha hecho, en contadas publicaciones, la conjura que el todavía presidente norteamericano y su gobierno sigue manteniendo para allanar un posible ataque sobre Irán. Este pequeño país lleva tiempo en el punto de mira de los EEUU, y cuando parecía que tras presión internacional, Bush amainaba sus instintos belicistas, ha resultado que todo era un espejismo. Primero utilizó el argumento del potencial nuclear, que podría ser utilizado con fines militares. ¡Precisamente él, cuyo gobierno tiene el presupuesto militar más alto del mundo! Y como parece que no dio mucho resultado ahora recurre al argumento inapelable que tanto éxito le ha dado; la lucha contra el terrorismo. Y este abanderado de la Paz ha aprovechado precisamente su visita a Oriente Próximo para dejar caer las declaraciones con su tono amenazante: “Cuidado, ya he llegado hasta aquí”, parece decir. Y por si esto fuera poco, hace unos días se filtro un video en el que un acorazado americano se veía amenazado por una patrullera iraní. El video, como ha salido a la luz en estos días, estaba manipulado, jamás se produjo ninguna amenaza, y lo único que la patrullera iraní hizo fue proceder a identificar el acorazado. Y así empiezo a recordar otro ataque fantasma que sirvió de excusa para la guerra de Vietnam, o las armas de destrucción masivas de Irak.
Lo interesante es que, poco a poco, mucho gente nos vamos dando cuenta de que cuando el criterio de Verdad dejo de buscarse en la correspondencia con la realidad, para pasar a manos del consenso, todo el poder sobre qué sea cierto se dejo en manos de aquellos que pueden fabricar consenso. No hay nada más verdadero que lo que parece a todos verdadero, y eso con determinados medios es fácil de lograr. Hoy he leído otra noticia, la Ley Kevlar, en EEUU permite el uso de determinadas sustancias en soldados con el fin de reducir los “daños psicológicos” en sus soldados –léase remordimientos. La sustancia en cuestión se llama propanolol y parece que su efecto es producir en los soldados una sensación de olvido que les evite atormentarse por las crueldades de la guerra, un olvido para no recordar los actos tan salvajes que se ven obligados a llevar a cabo. Me pregunto, ¿darán los centros privados recetas para conseguir propanolol a los responsables de los medios de comunicación, a los políticos y a todos esos que fabrican su Verdad y luego nos la sirven?
Y trascurrida toda la mañana entre tareas domésticas e intelectuales me he encontrado yo con dos noticias que me han hecho pensar sobre esto de la amistad y algunas cositas más. Las dos noticias en cuestión han sido las siguientes: Por un lado la muerte de Sir Edmund Hillary, el primer hombre en coronar con vida el Everest, y por otro el fichaje de Rodrigo Rato por el Banco Santander. Estas dos noticias no parecen, en principio, muy relacionadas, pero de una forma extraña, las dos han despertado sobre mí un repentino interés por el tema de la amistad.
En primer lugar, un análisis del homenaje que casi todos los medios de comunicación han rendido al intrépido aventurero nos permite reconocer varias cosas. Entre ellas, que duda cabe, la grandeza de su hazaña. En una época en la que la tecnología no era ni la cuarta parte de la que es ahora, sin las grandes infraestructuras en telecomunicación de que nosotros disponemos, ni los medios de búsqueda y rastreo actuales, y cuyas prendas de abrigo estaban fabricadas solamente con lana un hombre realizo una conquista que en veinte siglos había sido impensable, coronar el “techo del mundo”, una aventura que todavía hoy está al alcance de muy pocos... Pero hay otro elemento que parece no llamar tanto la atención de este acontecimiento. Edmund Hillary no estaba solo. En tamaña aventura tuvo siempre un compañero, su serpa Tenzing Norgay. Este hombre que le acompaño en el ascenso no fue solo su porteador o su guía, fue su confidente y su amigo durante toda la aventura. Hasta tal punto, que en su vuelta a Nueva Zelanda, Hillary le llevo con él. El frío, la montaña dio lugar a una amistad que surgió en condiciones en que la soledad y el peligro de muerte acechaban y que por eso mismo pudo consolidarse entre dos personas, en principio tan distintas. Cuando las personas comparten momentos intensos en la vida y logran un éxito, puede surgir la amistad. La amistas es sentir frío cuando el otro lo siente, estar cansado cuando el otro esta cansado, y coronar el mundo juntos.
La segunda noticia me traslada en cambio a otra idea de amistad, la del viejo refrán “favor con favor se paga”. Explicare un poco a que me refiero. La noticia en cuestión nos dice “El banco Santander ficha como asesor a Rato por 200.000 Euros anuales”[1] Y pensando en la trayectoria de Rato nos es fácil pensar que no habrá sido solo, como Botín ha declarado, por su enorme experiencia. Lo de la experiencia no lo pongo en duda, sobre todo acorde con los intereses de la entidad bancaria. Para hacer un ligero repaso de currículo, señalar que el economista Rodrigo Rato, perteneciente a una importante familia empresaria entro en política de la mano del señor Fraga, y con un padrino tan importante no es de extrañar que llegase pronto a la cúpula del partido. Con la llegada al gobierno del señor José María Áznar, Rato tomo el ministerio de Economía con una clara intención: cumplir los criterios de convergencia europea firmada en Maastrich. Y vaya si lo logro. Aunque para ello redujo el gasto social y privatizo las grandes compañías públicas de telecomunicaciones, electricidad e hidrocarburos, curiosamente las más rentables para el Estado español ¿Quién no conoce Telefónica, Repsol, Endesa o Argentaria? Pues estas son algunas de las que privatizo consiguiendo colocar a sus amigos Francisco González y Alberto Cortina como grandes gerentes de éstas. Durante el tiempo que el estuvo de ministro, tobo grandes logros, y un pequeño tachoncillo, el caso Gescartera. Fue además en esta época de ministro cuando se produjo el favor a Botín que ahora recibe su recompensa. Estando Botín implicado en un escándalo de evasión fiscal en 1998, Rato intercedió por el y el caso se olvido. Ahora, diez años después es Botín quien interdice por Rato asegurándole unos ingresos anuales diez veces mayores que los de los conocidos mileuristas, muchos de los cuales trabajarán, por qué no en ese mismo grupo bancario. Pero no será ese el único sueldo Rato, que por solidaridad con los mileuristas antes mencionados, y con muchos otros españoles, decide también pluriemplearse en el Banco de Negocios Estadounidense Lazard. Con el que seguro se llevara acabo más de una operación.
El éxito de Rato, como el de Hillary no es solo producto del esfuerzo individual de los protagonistas, si no que necesita de compañeros para realizarse. La cuestión es horrorosa ¿por qué son tan distintos Tenzing y Botín? Seguro que durante nuestra vida muchos queremos amigos como Botín, pero más seguro es que en algún momento necesitemos amigos como Tenzing.
[1] http://www.elpaís.es 11/01/08
Pues el Presidente de la República francesa monta numeritos para ocultar las consecuencias de sus medidas políticas. En Nápoles, una montaña de basura se amontona y provoca caos en la ciudad. Por EEUU empieza el circo de las primarias, donde los demócratas apuestan por el “cambio” después de la devastadora época Bush proponiendo para la Casa Blanca la fórmula “El primer presidente X”, donde X toma la forma de mujer o de afro americano. Mientras tanto, su actual presidente va de gira por Israel y Palestina en busca de un proceso de paz que corone su mandato y su gusto por la “democracia”.
La “democracia” es también la causante de que Kenia, “el país más estable de África” haya sufrido una ola de violencia y enfrentamientos tribales que se ha cobrado más de 200 muertos y que ha necesitado de la intervención de la ONU –al menos de palabra- para evitar que se repita el genocidio de Ruanda en 1992. Y la “democracia” ha provocado también que Georgia amenace con echarse a la calle por el “resultado” de sus elecciones. Sin olvidar que la “democracia” sigue ocupando Irak cinco años después de la invasión, y sobrevolando como un águila en constante acecho de sus presas, como un Tomahawk en busca de un objetivo, para encontrar nuevos países en los que “instaurarse”.
Y ante todo eso, sube la inflación, entramos en la cuesta de enero -suculenta en rebajas-, la gente no llega a fin de mes y los comerciantes se quejan porque se vende menos. Y aumenta el paro. Y no suben los sueldos. Y no hay Dios que se pueda comprar una casa. Y la educación de tambalea. Y se propone un aumento de la edad para jubilarse, con mejores requisitos, eso si. Y la televisión sigue en la guerra de la telebasura. Y lo más triste, ningún coche teledirigido, ni patinete, ni bicicleta se vio en mi barrio el día 7.
Visto, bueno mejor dicho asombrado por, todo esto me ha venido a la cabeza la idea de hacer este diario. Un diario que no tiene ninguna pretensión específica, solo la inquietud por desahogarme y dejar constancia de mi punto de vista sobre los acontecimientos que pueblen este año. Punto de vista que es el mío, peor que bien pudiera ser el de cualquiera de los cientos de jóvenes que viven en España, o en cualquier otro lugar donde los acontecimientos se precipiten sin aportar ninguna solución a los problemas cotidianos y dejando una sensación de injusticia colectiva que provoca esa angustia sobre el futuro.
Esa es la finalidad de estas líneas, no la de ser un exhaustivo análisis, si no dejar plasmadas algunas reflexiones a las que pueda acudir dentro de uno, dos, cinco o diez años para recordar que no todo tiempo pasado fue necesariamente peor.